viernes, febrero 02, 2007

El gesto y su análisis

Valga de entrada que todos estas llamadas a los "día sin automóviles", "día de la mujer", "día del arbol", etc. me parecen unos gestos vácuos y totalmente inútiles. Como decía Josep Pla, unas "collonades".

Y así también la llamada de ayer, a apagar las luces durante cinco minutos, "para que respire el planeta". Ya tiene coña que la iniciativa de una ONG, creo que de "Greenpeace" o algo así, la sigan mas gobiernos y ayuntamientos que el pueblo llano, como al parecer fué.

Lo cual vendría a confirmar la hipocresia de las autoridades, responsables finales de que no se acometan las soluciones necesarias y que creen cumplir adheriendose a estas tonterias (naturalmente, más baratas que las soluciones de verdad!!!).

En principio soy un poco escéptico en relación a todos los augurios sobre males futuros, pués recuerdo perfectamente que en los años 70, el Club de Roma, formado por ilustres y eminentes personalidades, políticas y academicas (Premios Nobel, etc.) o sea, gente sabia de verdad y no lo digo con ironía, predijo grandes catástrofes que luego no han tenido lugar, o no exactamente.

Pero si creo que ahora, con la explosión demográfica en el Tercer Mundo, la contaminación atmosferica y todas las "putadas" que el hombre le está infligiendo al medio ambiente, al planeta en general, la cosa va en serio y si no se toman medidas drásticas y urgentes, esto se vá a la puta mierda...!

Y yo ayer sí apagué las luces. Pero al poco tiempo me asomé al balcón y ví que, practicamente, nadie lo había hecho, por lo que volví a encenderlas. El periódico de hoy me confirma que se apagó la Sagrada Familia y la Tour Eiffel pero que, entre la gente, tanto aquí como en Francia, la medida fué "seguida de forma desigual" lo que, traducido al castellano, quiere decir que la gente se lo pasó por el forro de los cojones.

Y esto me lleva al siguiente análisis socio-antropológico: a la gente le importa un carajo lo que pueda ocurrir mañana.

Que desaparezcan los hielos, suban los oceanos y se inunden las ciudades costeras, que se deserticen las tierras más fértiles. Que desaparezcan especies de plantas y que nuestros nietos no puedan disfrutar de la visión de una ballena ni de muchos de los animales en vías de desaparición, como las tortugas marinas muertas por tragarse los millones de plásticos que flotan por nuestros mares y los linces masacrados por automovilistas que no van a ninguna parte. Que el hambre diezme a millones de personas y así "ad infinitum". Y no sigo porqué me estoy poniendo trascendente.

En resumen y como ya decía Louis XV en el siglo dieciocho (no por lo mismo..!): "Après moi, le déluge" o sea, después de mí, el diluvio y a los que vengan detrás que les den...!

O dicho en fino para que no creais que sólo sé decir "tacos" y repitiendo lo que dijo el poeta Horacio: "Carpe Diem", o la frase entera, que queda más "dandy", Carpe diem quam minimum credula postero.

Coronel Von Rohaut

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