miércoles, octubre 31, 2007

La teoría del caos

La teoría del caos es una rama de la física y de las altas matemáticas que estudia los movimientos impredecibles.

Pero el caos catalán no tiene nada de impredecible. Deficiencias y limitaciones aeroportuarias impuestas desde el gobierno de Madrid, colapsos en las insuficientes redes viarias automovilísticas por desidia inversora del estado central y la gran traca final donde se ha unido el hambre (la obsoleta red ferroviaria de cercanías) con las ganas de comer (la llegada, tarde y mal, del AVE) era, desde hace años, totalmente predecible e ineluctablemente ya ha llegado.

Ha venido el Zapatero, con su sonrisa y su talante, que utiliza a destajo para engatusar y mentir ("Pasqual, apoyaré el Estatut..."), a pedirnos perdón por enésima vez (igual que ha hecho su vicepresidenta y ¿de que coño nos sirve...?) y a declararse único responsable y culpable de lo sucedido, eximiendo de toda culpa a la Generalitat (que yo ya había señalado que ni pincha ni corta en ninguno de éstos temas pero mucha gente, no sólo desde el resto de España sino incluso descerebrados de aquí, insisten en cargarle parte del muerto).

Pero esas disculpas, eximir a la Generalitat y confesar que la falta de inversiones en Catalunya, nuestro ahogo económico, es real y viene de lejos, no lo tiene que decir sólo aquí y ahora, en La Vanguardia, sino que lo tiene que decir, alto y fuerte, en El País, El Mundo y en una entrevista en Televisión, para toda España. Para que se enteren, de una puta vez, el resto de españolitos, que siguen creyendo que los catalanes nos lo llevamos todo y vivimos a su costa...

Además, una asunción de responsabilidades políticas, si no va unida a una dimisión propia o a un cese fulminante del responsable directo, son palabras huecas, un brindis al sol, una engañifa. Y yo no quiero que la ministra, inepta, chula y prepotente, dimita. Yo quiero que la cesen, la echen a patadas o, por lo menos, la dejen un tiempo con suspensión de empleo y sueldo.

Porqué, vamos a ver:
  • Dicen que los problemas vienen de las prisas. ¿Pero que prisas, so cabrones, si el AVE tenía que llegar a Barcelona en el 92 y ya van 15 años de retraso?
  • Claro que ahora sí que están trabajando atropelladamente y mal, porqué querían inaugurar antes que Málaga y Valladolid. ¿Mira que si a Barcelona, segunda ciudad del Estado y hasta no hace mucho, capital económica del país, llega un TGV mas tarde que casi ya a media España? (Antes ya fueron Sevilla con Ciudad Real y Córdoba, Toledo, Guadalajara, Zaragoza, etc.). No hace falta que me expliquen la importancia que tenemos los catalanes para el gobierno español; por sus obras les conoceréis.
  • También dicen que ahora hay que dar prioridad a la seguridad. ¡Hostia! O sea que, hasta hoy, la seguridad se la pasaban por el forro de los cojones. Y aún dicen que no se caerá la Sagrada Familia... "Aï, Mare de Deu Senyor !!!"
  • Asegura el Zapatero que "pondrá mecanismos de coordinación entre las Administraciones". A buena hora mangas verdes. Que no había ninguna ya se ha visto cuando Fomento empezó a construir una estación, no prevista, en El Prat y no lo sabía ni el alcalde del pueblo.
  • En el primer proyecto de TGV, del año 1986 y tal cómo quería Pujol y planificó el ingeniero Albert Vilalta (de lo mejorcito que ha habido por aquí), el tren salía de una nueva estación en La Sagrera y se iba para Francia, sin cruzar Barcelona. Ya en el 1990, el gobierno central impuso, primero, la unión con Madrid y a partir de aquí, cada vez mas, el proyecto se fue embrollando, con bucles al aeropuerto, entrada por Sants (el peor lugar de todos los posibles pues ya estaba saturado de otras vías ferroviarias, metro, etc.), cruce de la ciudad, pasada por debajo de la Sagrada Familia, etc. etc.
  • Total, primera idea (la buena) saboteada desde Madrid. Luego, proyectos prostituidos por enjuagues políticos y luchas de partidos (todos, incluidos los de aquí), retrasos, demoras, zancadillas e impedimentos administrativos, deficiencias técnicas, realizaciones chapuceras, prisas de última hora. ¡ Señor ! Cuanta mierda...

Allá por el año 150 a/c, Catón el Viejo terminaba todos sus discursos en el Senado de Roma con la famosa frase "Delenda est Carthago". Hasta que Cartago fue, finalmente, destruida.

A partir de ahora, terminaré todos mis escritos con la frase "Free Catalonia". Hasta que Catalunya sea liberada y a ver si tengo suerte y lo veo antes de morir. No cómo el Catón, pobre...

Por cierto, Roma era imperialista, cómo Castilla, mientras que Cartago era fenicia, cómo dicen de los catalanes. ¡Joder! A ver si aún nos destruirán ellos a nosotros. Empeño sí están poniendo...

Coronel Von Rohaut

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