domingo, noviembre 18, 2007

La prostitución de las palabras

Otras veces ya he dejado dicho el mal uso que, en el PP, la Cope, El Mundo y "tutti quanti", hacen del vocablo "nazi", que lo aplican para desacreditar a personas que no lo son. Quizás sean otra cosa peor. Pero no ésta, que está perfectamente definida por la historia.

Pero también ahora, que se ha muerto un tal López Raimundo y las tradicionales elegías "post-mortem" proclaman que, desde su juventud, era un gran "anti-fascista".

Pus va a ser que no. Este señor, que quizás era muy buena persona pero me importa un bledo su defunción, luchó contra el fascismo y contra el franquismo, pero no por ser un "anti-fascista", sino por ser un "comunista" y querer imponernos una política, una doctrina, un régimen o una dictadura, distinta pero probablemente igual de jodida, o mas. ¿Que el comunismo desapareció antes que él? No fue su merito.

También llaman "anti-fascistas" a los que ayer o anteayer, en Barcelona, se manifestaron por las calles contra la muerte de un chaval a manos de un "neo-nazi" (éste sí...).

Les vi por la "tele". No eran "anti-fascistas". Eran "anti-sistema", los "anarcoides" de siempre, que van contra todo. Y aprovechan cualquier excusa, en este caso un vil asesinato, para armar la gran gresca, apedrear y herir policías, quemar coches, contenedores y mobiliario urbano, romper escaparates... Son unos vulgares "pequeño-delincuentes", pero unos hijos de la "gran puta".

Yo, para domesticarlos y al propio tiempo aprovecharlos, les alistaría en la Legión...

Coronel Von Rohaut

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