lunes, abril 07, 2008

Hacía la independencia

Catalunya está infestada de grupúsculos independentistas y que lo son de buena fe pero que se pierden en su fragmentación. Sólo con la unidad, la unión de esfuerzos y sinergías, la generosidad en dejar de querer ser, cada uno de nosotros, "cabeza de ratón" para ser, no "cola de león" que es lo que somos todos mientras formamos parte de España, si no en querer ser el "león", todo el "león", sólo con la unidad, repito, conseguiremos serlo. Con todas sus garras y alguien, quien sea, en la "cabeza".

Pero todos los empeños y sacrificios han de ir en una única dirección, trabajar para la independencia, sólo la independencia y nada mas que la independencia. Muchos grupos, plataformas y asociaciones se dispersan, disgregan y desgastan luchando por la defensa de la lengua (claro que el catalán habrá de ser la única lengua oficial e institucional), por el derecho a decidir (ya lo tenemos, es inherente al hombre, sólo hemos de aplicarlo), por la consecución de unas infraestructuras imprescindibles (cuando tengamos un estado propio, ya nos las pagaremos) y por la "folcklórica" y romántica salvaguarda de la "sardana", las "caramelles", los "esbarts dansaires", los "castellers", la "Patum de Berga" y los "Coros de Clavé" (cuando seamos independientes, con gobierno propio y la disponibilidad de todos nuestros recursos, ya lo cuidaremos; esto y mas)

Pero para conseguir la independencia, haciendo un "referéndum" y ganándolo o bien reuniendo una mayoría suficiente en el Parlament que lo pueda presentar ante las Cortes Españolas, la Comunidad Europea o la ONU, es necesario sumar votos, muchos votos. A ser posible y para evitar que nuestro país nazca con malformaciones congénitas o esmirriadez legal, superior al 50% más 1.

Teniendo en cuenta que la actual población de Catalunya está formada, "grosso modo", por un 40% de individuos catalanes de origen, un 50% de inmigrados de otras partes de la península ibérica o de sus descendientes de primera generación y de un 10% de inmigrantes recientes, la mayoría incluso de otros continentes, está claro que nos encontramos ante un problema difícil que, por otro lado, es un reto digno de ser emprendido. Especialmente porqué no todo el 40% de población indígena es favorable a la independencia, muchos por comodidad, inercia, pasotismo, síndrome de Estocolmo o simple ignorancia de los hechos.

Luego, está claro que para convencer a toda esta masa votante de las bondades de la independencia, no es suficiente ni, posiblemente, conveniente, agitar la bandera cuatribarrada y estelada de la nación, la letra de "Els Segadors", la "defensa de la terra", la diversidad y especificidad de lengua y cultura, la diferenciación histórica y jurídica de nuestros derechos. Que también. Pero no sólo ni primordialmente.

En lo que debería hacerse hincapié es en que formamos, tanto los que llevamos aquí varias generaciones cómo los recién llegados, una sociedad civil cohesionada y sobre todo, una comunidad de intereses a la que le iría mucho mejor si pudiera disponer, soberanamente, de todos sus recursos. Porqué los intereses comunes es lo que mas une a los hombres

Que solo con la independencia y creación de un estado soberano, podremos administrar nuestros esfuerzos y nuestros impuestos y recursos económicos que, si no nos fueran expoliados, robados por una administración foránea, colonialista y nada amistosa, darían para mejorar de forma exponencial nuestro nivel de vida. A todos.

Si lo que ya pagamos entre los que vivimos aquí, que ya es mucho mas que lo que aportan los residentes en otras áreas del estado español, se quedara aquí, podríamos mejorar nuestras carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, escuelas, hospitales, residencias de la tercera edad, pensiones de viudedad y jubilación, ayudas a la industria, creación de empleo, política de vivienda, etc. etc.

Luego, cómo que los catalanes de siempre hemos sido solidarios y lo queremos seguir siendo, ya destinaremos una parte de nuestro PIB (el que decidamos nosotros, no el que nos imponga un funcionario de Madrid, perjudicando nuestro crecimiento propio) para ayudar a otras partes mas desfavorecidas, tanto de la península ibérica, si es todavía necesario, cómo de África, Asia o Sudamérica.

Véase lo que, siendo independientes, están consiguiendo muchos países, algunos de reciente creación y con menos recursos, históricamente, que Catalunya, cómo Irlanda, Letonia, Estonia, Lituania, Chequia, Eslovenia, etc. etc. Todos ellos mas pequeños que Catalunya y que ya han obtenido su ingreso en la Unión Europea y se están beneficiando de ello, sin tener que pasar por el filtro de una metrópolis colonial que les impide o coarta y limita su desarrollo.

Y si para conseguir el voto y colaboración de estas poblaciones que, mayormente, no son catalanoparlantes, no sólo no me importaría si no que incluso lo vería justo, que se les prometiera respetarles su lengua materna castellana, amazhig o bereber, yoruba, ucraniana, etc. y no cómo nos han venido haciendo a nosotros. Tal cómo en Finlandia se respeta el sueco de su minoría o en Bélgica el alemán de una pequeña porción de su población.

Para cuando seamos independientes y soberanos, ya defenderemos nuestras esencias mas catalanas, en las que yo creo profundamente, a golpe de decreto.

Que es cómo lo hacen los estados.

Coronel Von Rohaut

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