sábado, septiembre 20, 2008

¡ Ni autodeterminación ni hostias... !

Navegando por Internet he visto en multitud de "blogs" catalanistas que está proliferando la idea, que yo vengo sosteniendo desde hace tiempo, que es una memez pedir o manifestarse por el "Derecho a la autodeterminación" o el "Dret a decidir".

Porqué el derecho a la autodeterminación ni lo hemos de suplicar ni agradecer a nadie, pues es un derecho innato que tenemos todos los hombres libres. Sólo hemos de ejercerlo.

Cuando el que se autodetermina es uno solo en, por ejemplo, no querer vivir bajo el actual régimen o estado, pues se larga y en paz. Cuando son mayoría los que se autodeterminan, cambian el régimen o se independizan y crean una nación nueva y propia.

Los catalanes hemos de dejar de pedir el derecho a la autodeterminación. Tan sólo hemos de exigir el derecho a nuestra independencia. Y tener huevos para alcanzarla....

Cuando PNV o Esquerra Republicana, cada uno en su zona y unos con mas credibilidad que otros, pugnan por un referendum de autodeterminación es porqué ni el PNV (igual que Convergència) ni Esquerra no son auténticos independentistas. PNV y Convergència no lo han sido nunca, mientras que Esquerra ha sido más fluctuante y ha engañado.

Pero todos ellos, cuando piden la autodeterminación es para, después, negociar una autonomía asimétrica (los vascos y navarros ya la disfrutan), un federalismo o, cómo máximo, una confederación cómo, en la práctica, dibujaba el nuevo Estatut de Catalunya, tumbado, "cepillado", descafeinado, desengrasado y, en realidad, convertido en una piltrafa inane después de pasar por las Cortes castellanas donde, los Guerras y otros cafres y cuatreros de turno, lo habían transformado, cómo dije entonces, de un "papel mojado" en un "papel higiénico".

Pero para luchar por la independencia con posibilidades de éxito, hace falta unidad entre todos los soberanistas y un partido político que lidere la acción. Un partido realmente independentista, que tenga la creación de un Estat Catalá soberano cómo único e inmediato objetivo y no cómo excusa, subterfugio, pretexto romántico para conseguir votos ni coartada sentimental para ir tirando.

Me repatean, a pesar que todos han de ser bienvenidos si trabajan para el mismo fin, todos los grupos, peñas, cuadrillas y a veces bandas de izquierdosos, alter-mundistas, pseudo-ecologistas, ácratas, okupas y vegetarianos, que son mas unos "anti-sistema" que auténticos independentistas catalanes.

Me enternecen, si bien les hostiaría por la inutilidad de su esfuerzo y la dispersión de energía que ello comporta, todos los mini-partidos, tertulias de amigos, grupúsculos, plataformas, casals y asociaciones cívicas dignas, entusiastas, honrosas y diversas, que se desgañitan y desviven para la defensa de la lengua catalana. Para el mantenimiento del teatro catalán y la pervivencia del folklore cantado o bailado, sea la sardana o sea el "ball de bastons". Que reclaman, con razón, unas seleccions catalanes que puedan competir en la Copa de Europa de lo que sea, fútbol, hockey sobre ruedas o voley-playa. Que se implican emocional y economicamente, para evitar la extinción de los Cors de Clavé o del burro catalán, el guarà tan "nostrat" y entrañable, etc. etc.

Pero si todos se unieran, por ejemplo votando a un sólo partido catalán, fuerte y capacitado para conducir el país hacía su plena soberanía. Un país plural, progresista y laico, pero sin renunciar a sus raíces culturales y cristianas. Un país independiente y diverso pero atlantista y plenamente imbricado en Europa. Un país respetuoso con las distintas sensibilidades, culturas y lenguas de las gentes que viven en él pero cuya primera Ley, tan pronto alcanzada la independencia, sería dejar constancia que el catalán es la lengua oficial de Catalunya. En fin, una país con relaciones de buena vecindad con todos los estados fronterizos, siempre que no nos tocaran más los cojones...

De ser así, entre todos lo conseguiríamos. Y todo lo demás se nos daría automaticamente, porqué forma parte de la soberanía de los pueblos.

En su día y rememorando al Dr. Martin Luther King, pude decir "I have a dream" (Tengo un sueño). Pero ahora y siguiendo la "Obamamanía" imperante, ya podemos decir "We Can" (Podemos).

Coronel Von Rohaut

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