lunes, mayo 11, 2009

La inseguridad

Un dirigente municipal decía ayer que no es verdad que la gente de Barcelona tenga ahora mayor sensación de inseguridad que hace un tiempo.

¿Donde lo habrá oído este imbécil de mierda? Porqué esta mañana, paseando mi perro por el parque, me encuentro con un conocido del barrio que me dice que en su escalera, este fin de semana, un vecino que oyó ruidos tuvo que poner en fuga a tres rusos, grandes como un armario, que intentaban entrar en su domicilio. Que llamó a los Mossos que tardaron años en llegar y lo hicieron con todas las luces y sirenas encendidas, con lo que los malhechores tuvieron tiempo de huir, avisados por la propia policía y quizás de esto se trata. Que a uno lo detuvieron porqué poco después él mismo, y no los policías, lo vio andando por la calle Mandri y pudo volver a avisar. Ha interpuesto una denuncia (¡olé sus cojones!) pero ahora aún teme más por su integridad.

Y me cuenta que desde hace algún tiempo alguien se dedica a rayar todas las puertas y paredes y a mearse en la entrada de su casa. Y que él tiene siempre cerca suyo un cuchillo de combate, un magnífico "K-bar", que era el cuchillo reglamentario de los "marines" en la Segunda Guerra Mundial, según se puede apreciar en el cinto de uno de los soldados que salen levantando la bandera en la famosa foto del monte Suribachi. ¿Pero yo me pregunto, qué le ocurriría a mi amigo, con los putos jueces españoles, si alguien entra en su casa y él se defiende con su arma? Pues que lo enchironan a él, no al chorizo, faltaría más...

Pero es que no es solo el caso puntual de un amigo mío, si no que la prensa de Barcelona anda llena de artículos y noticias explicando que toda la Rambla y calles adyacentes se han convertido en un urinario público y maloliente al aire libre. Que las meadas y vomiteras llenan las calles. Que las putas andan libremente ofreciendo sus servicios y salió una foto en portada del periódico con una chiquilla haciéndole una mamada a un turista en plena calle. Calles, además, llenas de carteristas, tironeros, "trileros" y chorizos de toda ralea que, junto con los "lateros" y "top manta", trabajan en las calles sin ningún freno ni control.

Encima leo que, como que a estas jóvenes prostitutas negras, sus "macarras" o explotadores les quitan el pasaporte o ni siquiera lo tienen, la policía no las puede detener ni expulsar, porqué ¡no saben quienes son! Hostia puta... ! Vivan las leyes españolas ! Antes, estar indocumentado era una falta o un agravante, mientras que ahora resulta que es un atenuante o una razón para evitar que te detengan... ¡Es que me lo explican y no me lo puedo creer!

¡Ah! y que para detenerlas hay que demostrar que el servicio sexual lo hacen mediante retribución económica, que es lo que las ordenanzas municipales de Barcelona prohiben en la calle. Por lo visto, si es sin cobrar, en las calles de Barcelona está permitido por la ley (o por lo menos no está explícitamente prohibido), follar, darse por el culo, hincharse a mamadas, etc., aparte de circular en pelota picada, como ya es sabido y hay quien lo hace y se pasea por delante de la policía, sin que le digan nada.

Y ante las quejas de la gente honrada, que se siente escandalizada, horrorizada, agredida y asediada, los políticos municipales alegan que la vigilancia policial no es el mejor método para acabar con esta criminalidad y Sodoma y Gomorra en que se ha convertido Barcelona, de la mano de la permisividad de estos "progres" y maricones de mierda.

Pero no te lo creas; lo que no hay son verdaderas ganas de acabar con ello y a fe que no lo puedo entender.

Hace años, y yo lo viví, la ciudad de Nueva York era algo parecido, las putas te asaltaban por la calle, los "macarras", negros de dos metros, te intimidaban por las aceras de Times Square y la 42nd Street, llenas de sex-shops y chicas haciéndole una mamada a su novio o a su cliente dentro de cualquier coche aparcado en la acera (por lo menos no en plena calle y tapada solo por una amiga haciendo de pantalla...).

Y el índice de robos, asaltos, atracos y crímenes y asesinatos, era altísimo. Pero llegó el alcalde Giuliani, incrementó el número y dotaciones de policía, les dio "carta blanca" y órdenes estrictas de acabar con todo aquello, sin miedo a persecuciones judiciales excesivas (allá no había un conseller Saura para tocarles los huevos).

Y hoy (pero desde hace ya muchisimo tiempo y aún perdura así) leo que New York es la segunda ciudad más tranquila y segura de todo Estados Unidos, detrás de Honolulú (Hawaii) y delante de El Paso (Texas) que es la tercera.

¿ No te jode... ?

Coronel Von Rohaut

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