lunes, julio 05, 2010

Los políticos catalanes y su error metafísico

Algunos políticos nunca, pero es que nunca, aprenderán.
Salvo que revolverse en su error sea lo que desean en realidad; o que sean unos miserables "quintacolumnistas".

Josep Antoni Durán i Lleida (como antes Miquel Roca i Junyent y salvando todas las distancias), es un excelente político. Mejor que todos y cualquiera de los berzas y palurdos que pululan por los pesebres madrileños. Y hubiera sido un magnífico Ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España e incluso un superior Jefe de Gobierno, sin color si lo comparamos con un iletrado rufián como el Zapatero y casi cualquiera de sus analfabetos, intrigantes y bribones ministros.

Pero no es un político catalán. O por lo menos no catalanista en el sentido de defender la Nación catalana, si no solo un posibilista de vuelo gallináceo, cuya máxima ambición sería el encaje, más o menos honroso, de Catalunya en la Nación castellana (perdón, española).

Y ahora, después de la penúltima (para los hidalgos españoles nunca será la última) bofetada que nos han pegado en los morros a los miserable súbditos catalanes, va el Durán y suelta tres perlas:

  1. Pide unidad para llevar al Congreso la reivindicación catalana.- ¿Dónde dices, cretino? ¿Al Congreso español donde, te pongas como te pongas y por simple aritmética, siempre serás una puta y despreciada minoría?
  2. Alerta que las manifestaciones pro-Estatut pueden acabar en aquelarre independentista.- O sea, que la sagrada soberanía de su (?) nación es, para él, como una orgía en una casa de putas. Cuando el aquelarre o desmadre de brujas es lo que interpretan a diario los saltimbanquis "fumados" de la caverna mediática españolista y los representantes de los partidos centralistas, defendiendo su plato de lentejas.
  3. Afirma "Mientras el problema catalán no se entienda como un problema de España, no habrá solución". ¿Pero qué coño dices, Durán? El problema catalán lo es para nosotros, los catalanes, que nos tienen jodidos, sojuzgados, oprimidos, exprimidos, humillados, despreciados, escupidos y meados en la boca. Ellos ya lo tienen bien, por lo que ni precisan ni desean ninguna solución. Y la única solución está en nuestras manos, mamarracho, que es independizarnos y olvidarnos, para siempre jamás, de la puta España y su Cueva de Alí Babá.

"Delenda est Castilla" y "Visca l'Estat Catalá"

Coronel Von Rohaut

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