lunes, agosto 23, 2010

"Mort el gos, acabada la ràbia"

Mucha gente es partidaria de las soluciones radicales, que solo deberían adoptarse cuando ya no queda otro remedio.

Porqué, efectivamente, si matas el perro, evitas el peligro de la rabia: pero ya te has quedado sin perro.

Creo que fue en el curso de la Segunda Guerra Mundial en que la empresa químico-farmacéutica suiza, Ciba-Geigy, descubrió y comercializó, con grandes beneficios, el mejor insecticida que jamás se había encontrado, el DDT o dicloro-difenil-tricloroetano. Y los americanos rociaron grandes extensiones de selva, en Birmania y en el Pacífico, donde sus soldados se enfrentaban a los japoneses y a los mosquitos de las ciénagas y morían por los disparos de los primeros y por la malaria que les inoculaban los segundos.

Y países tropicales o zonas pantanosas que lo empezaron a utilizar de forma masiva, acabaron con las epidemias de malaria que arrasaban con sus poblaciones humanas, al exterminar a los mosquitos portadores del virus o el parásito causante de la infección. Reconozco que estoy tratando un asunto en el que mis conocimientos científicos son casi nulos y es posible que meta la pata, al adentrarme en jardines pantanosos para mí (y que precisamente son el caldo de cultivo de la enfermedad: la malaria o paludismo). Y que, por cierto, ya he declarado mi incompetencia en el tema y es que, además, jamás he tenido claras las líneas divisorias entre malaria/paludismo, dengue y fiebre amarilla...


Luego se descubrió que el DDT se acumulaba en la grasa de los tejidos animales, donde podía permanecer o perdurar, y entrar en la cadena trófica. Y que era potencial y gravemente cancerígeno. Por lo que su fabricación y uso se prohibió terminantemente.

Desapareció, un poco, el peligro de morir de cáncer dentro de unos años y se recrudeció, no el peligro, si no la certeza de morir, en algunos países, de forma más inmediata...

Y digo yo, y repito que soy analfabeto en el tema ¿no hubiera sido mejor, en lugar de prohibirlo tajante y definitivamente, estudiar el tema y regularlo, fijando unos protocolos rígidos de utilización para que, sin perder su beneficio inmediato, se redujeran sus peligros latentes?

Coronel Von Rohaut

2 comentarios:

interbar dijo...

El éxito del DDT en la erradicación de la malaria en Occidente es incuestionable. Los problemas empezaron en 1962 con la publicación del libro Silent Spring de Rachel Carson. Los estudios que demuestran la acumulación en la cadena trófica y que causa cáncer son altamente controvertidos quizá la razón de su prohibición esté en el deseo de controlar la natalidad en el Tercer Mundo como dice Alexander King del Club de Roma.

Coronel Von Rohaut dijo...

No me extrañaría nada que no hubiera habido jamás ningún interés en frenar las enfermedades epidémicas y mortales en el tercer mundo.
Ya sé que es muy bestia, pero de alguna forma, y no se está logrando, hay que limitar la excesiva población de un mundo en que ya no cabemos...
¡ Ay, Malthus de mi corazón...!