jueves, julio 21, 2011

Sentimientos encontrados

... u opuestos y enfrentados.

Ha fallecido, a los 99 años, lo que lo debe hacer menos triste hasta para sus allegados, el gran periodista Carlos Sentís, al que he admirado como tal y con cuyas crónicas internacionales casi siempre he estado de acuerdo. Pero un hombre con el que no he podido empatizar y en esto siempre lo he emparejado con Juan Antonio Samaranch.

Samaranch fue un falangista convicto y un franquista bajo cuya estela hizo toda su carrera. Pero al mismo tiempo fue un "señor de Barcelona". Posiblemente el español (y en este caso catalán por nacimiento si no por adscripción política) que haya alcanzado jamás (*) el puesto o cargo más alto de nivel mundial, cuando fue Presidente del COI (Comité Olímpico Mundial), recibido por los más importantes dirigentes del mundo y con gran poder e influencia.

Y gracias a él y solo a él y esto lo tengo muy claro, Barcelona pudo celebrar unos Juegos Olímpicos, lo que nos puso en el escaparate del mundo y llevó grandes beneficios económicos, sociales y de imagen, etc. Desde un punto de vista estrictamente de la "realpolitik", su trayectoria final fue buena para Catalunya. Pero no lo puedo aceptar como un modelo a seguir, no lo podré entronizar nunca en un eventual "Panteón Catalán de Hombres Ilustres".

Y Sentís, gracias a su aliadofilia tan opuesta al nazismo y fascismo de la mayoría de periodistas españoles de la posguerra, fue el único "reportero" de este país que siguió (profesional y físicamente) toda la campaña de África de las fuerzas francesas libres del General de Gaulle, y también el único que asistió a las sesiones del Juicio de Nuremberg contra los jerarcas del estado alemán "nazi".

Pero Sentís había entrado en Barcelona con las tropas de Franco y vestido de uniforme y durante cuarenta años estuvo medrando con el franquismo, si no ideológico sí con el sociológico y aprovechado.

Él siempre dijo que, siendo secretario de Cambó, siguió a éste fuera de España cuando la República y temiendo por su vida a manos de los anarquistas que, más que unos militantes políticos o idealistas, algunos eran unos puros pistoleros fanáticos y salvajes (**).

Yo mismo, de estar en la piel de según quienes (burgueses y propietarios de fábricas, gentes de derechas o simplemente personas que iban a misa siguiendo sus legítimas creencias) no tengo ni idea de lo que hubiera hecho (o podido hacer) de vivir en aquellos turbulentos años.

Pero parece que a Sentís ya le fue bien y vivió acomodado durante demasiado tiempo. Y cuando la transición fue decisivo en el regreso de Tarradellas, operación pensada y apadrinada por los postfranquistas como Rodolfo Martín Villa, con el fin de contentar, amansar, a los catalanes a través de una figura simbólica pero un hombre nada separatista ni, por lo tanto, peligroso para la España eterna y castellana.

Apreciando su gran talla como periodista y cronista de una época y, como Samaranch, con un talante catalán y muy alejado de la chulería, la fanfarronería, la petulancia y altanería, en el fondo fruto de la ignorancia, de muchos de sus coetáneos hispánicos y mesetarios, no puedo darle mi aprobación. Ni de lejos.

Quizás lo único que se me ocurre, como posición personal mía frente a estos dos personajes, es aquella máxima que dice: "Odia el crimen, pero ama al criminal".
O algo así...

Coronel Von Rohaut

(*) Hombre, salvo si nos remontamos al Papa Borja...
(**) ¡Cuanto daño hizo el anarquismo a la República! ¿Más que el mismo comunismo-estalinismo? De verdad que no lo se. Pero claro que, al final, quien se la cargó fue Franco, amparado por el fascismo, el nacionalcatolicismo español y el militarismo cuartelario y golpista pero, sobre todo, la ideología retrógrada de la derecha eterna, agraria, funcionarial y mesetaria.

2 comentarios:

interbar dijo...

Mi coronel, la República se la cargaron los republicanos; Franco o Mola fueron un efecto producido por las barbaridades del Frente Popular. En la ocasión mi padre, trabajador de una papelera, fue voluntario a luchar por la religión y por España, era requeté. En la transición yo era socialista y de izquierdas, me arrepiento profudamente pero no tengo porqué asumir la acción de mi padre. Sentís era miembro del servicio de inteligencia franquista y Samaranch un conspicuo falangista.

Coronel Von Rohaut dijo...

¿ Verdad que lo de "inteligencia franquista" suena a oxímoron ?

En cuanto a lo otro, ya lo decía Sir Winston Churchill: aquello que el que no ha sido de izquierdas de joven... y el que lo sigue siendo de mayor... etc.

En cuanto al curriculo de los dos caballeros objeto de mi "post" sí, es tremendo.