jueves, octubre 20, 2011

¿Pero qué dicen, estos miserables...?

Cuando el Sevilla venga a jugar al Camp Nou contra el Barcelona, vestirá una camiseta con el logo de "Orgullosos de Andalucía", lo que me parece muy bien, "de buten" ya que, como dijo Guardiola al ser preguntado (y palabra de Guardiola, palabra de Dios), que es digno, justo y humano y place al Señor, que cada uno esté orgulloso de su tierra y de lo que es.

Pero por parte del cuco (que fino soy, llamándole solo cuco) del presidente sevillista, y así lo ha visto todo el mundo, se trata de una implicación asquerosa de la política en el deporte ya que se plantea como una respuesta airada de los andaluces a las palabras de Durán i Lleida y Artur Mas. Palabras de las que todos los dirigentes andaluces y todos los españoles de bien, de pro y de putamadre, han exigido (joder, qué fijación, ellos siempre exigen) que se disculpen, que pidan perdón.

¿Pero cómo este slogan del Sevilla puede ser la respuesta a las palabras de los catalanes, cuando estas palabras ellas ya lo eran una respuesta?

Las de Durán i Lleida eran una respuesta al hecho real, demostrado y no desmentido por ninguno de los que ahora se rasgan las vestiduras y exigen reparaciones morales, que mientras los agricultores catalanes, trabajando su pequeño huerto de sol a sol como unos cabrones, con los precios agrícolas no cubren ni los gastos de recojer la fruta del árbol, los agricultores andaluces, jornaleros, reciben subvenciones de la Junta de Andalucía pero con fondos recibidos de nosotros para, con trabajar solo 20 (veinte) días al año, luego ya cobren todo el año sin hacer nada (o irse al bar, según afirma el malévolo Durán). Una variable lúcida o consecuencia de este problema puede leerse, en catalán, clikando aquí.

En cuanto a las palabras de Mas eran la respuesta a los comentarios generales previos en la prensa y televisiones españoles ante la comparecencia en un programa de tele del actor infantil de la película "Pa negre" (candidata a los Oscars) el cual, si bien no hizo ninguna falta gramatical, se expresó en castellano pero con un claro acento catalán; y esto fue suficiente para que los simios y antropopitecus habituales dijeran "¿véis los resultados de la inmersión lingüística?; los niños catalanes no saben hablar castellano".

Por lo que Mas dijo que a los niños de Cádiz, cuando hablaban castellano con acento andaluz, no se les entendía. Y doy fe, muchas veces, ni a los niños ni a sus putos padres ni a la puta madre que los parió, no les entiendo una mierda.

Y se va a disculpar, por lo que acabo de escribir, su muy putísima y españolísima madre (precisamente...).

Coronel Von Rohaut

(PS) Y como dice hoy un columnista de un diario catalán que, nadie, en Madrid ni en Zaragoza repetirá ni reproducirá y que yo he retocado un poco: "si cada vez que a los catalanes nos insultan el Barça tuviera que ponerse una camiseta especial, no nos la podríamos quitar de encima ni para ducharnos ni para ir a cagar".

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