miércoles, enero 18, 2012

¿Quien vigila al vigilante?

En Madrid, claro, donde si no, se estremecen, casi tienen un orgasmo clitoriano, ante la posibilidad de vigilarnos más todavía y, con la excusa (válida para ciertos casos, no digo yo que no) que Europa exige controlar los déficits, las cuentas de las autonomías, ya van lanzando globos-sonda anunciando que Hacienda (que somos todos, pero se lo quedan ellos...) supervisará y validará, o no, los presupuestos regionales. Temblad, temblad, malditos provincianos...

Pero, como dice un economista de prestigio, ojalá a Catalunya nos controlase y visara los presupuestos la Comisión Europea, Bruselas y no Madrid. Y al darse cuenta de las inmensas cantidades que nos adeuda el gobierno español, moroso, incumplidor y tramposo, en lugar de acusarnos, como ahora a los catalanes, quizás obligaran al gobierno central a cumplir sus compromisos y a actuar con justicia y equidad; y Catalunya no tendría ningún déficit contable ni tendríamos que recortar servicios.

Por esto, cuando insulto a los españoles y les llamo "hijos de la gran puta", no me refiero a los españoles del pueblo llano, algunos de los cuales son amigos míos o conocidos y buena gente sin ninguna responsabilidad, si no a los gobernantes y a todos aquellos que, conociendo la verdad, aprovechan el populismo y lo barato que sale obtener votos y adhesiones en el resto de España metiéndose con los catalanes, los judíos del "reich" castellano.

Pero lo que a veces no entiendo es la falta de compromiso, de integración con Catalunya y sus problemas económicos e identitarios, de algunos inmigrantes, hijos de inmigrantes o españoles pero asentados aquí y que, por lo tanto, sufren el mismo expolio fiscal que yo, padecen el robo descarado que España nos causa.

Quizás yo no les hubiera querido aquí. A los que me dicen que Catalunya es rica gracias a ellos yo les digo siempre que por qué no se quedaban a hacer rica a su región o, cuando venían de paso hacía Catalunya, por qué no se quedaban a hacer rica a Cuenca...

No alcanzo a comprender por qué no odian o desprecian a quienes les echaron de sus tierras, o las casas de sus padres, y les obligaron a salir a ganarse fuera los garbanzos, en lugar de menospreciar e incluso burlarse de quienes les acogimos, ni que fuera un poco a la fuerza.
Éxodo motivado por dos causas principales, ni únicas ni excluyentes:
  1. No querer (o no poder, pero ni intentarlo) darles trabajo y futuro en su hogar, en sus tierras y latifundios mal explotados por unos "señoritos"  vagos y despóticos, incapaces de dedicar parte de sus plusvalías o rendimientos a la instalación de industrias o negocios creadores de trabajo para la mano de obra excedente.
  2. Organizar, por parte del "franquismo" pero no solo ya que se había intentado antes y repetidamente, pero sin tanto éxito, una "marcha verde" o invasión pacífica de Catalunya, por parte de españoles desheredados y que, con su demografía creciente, desequilibraran el "ratio" poblacional entre indígenas y foráneos. Lo que no se había podido conseguir con el envío, como hasta entonces, de tan solo funcionarios, jueces, notarios, secretarios de ayuntamiento, policías, inspectores de hacienda, etc.. Y con la cobertura de una cierta necesidad de mano de obra por parte de la burguesía industrial, la que ahora se ha ido al carajo por culpa de la "deslocalización", la "globalización", y su ineptitud personal por aquello que "el nieto ya sale o vago o idiota, o las dos cosas a la vez..."
¡Ah, y a mí que deje de vigilarme el mismo que me roba...!

Coronel Von Rohaut

2 comentarios:

interbar dijo...

Puntualizar que la inmigración de otras regiones en Cataluña había sido muy fuerte desde mediados del siglo XIX. No creo que la gran oleada de 1950-1970 fuese organizada políticamente sino que era necesaria por el crecimiento industrial. La gran burguesía catalana ha vendido sus activos empresariales y se ha dedicado a la especulación en España y fuera de España.

Coronel Von Rohaut dijo...

Claro, a finales del siglo XIX llegó a Barcelona parte de mi familia (valencianos y maños) y en los años 20 del siglo pasado huba una gran arribada de murcianos para los obras de la Exposición Internacional y las del metro. Y cuando yo era pequeño, el vocablo despectivo hacía los inmigrantes o castellanohablantes de Catalunya, no era "charnego" (eso fue con los andaluces de los años 50/60 y siguientes), si no "murciano".
Pero la avalancha indiscriminada de la última migración interior, aparte de las necesidades industriales de mano de obra, que también, fue propiciada para ahogar demográficamente al catalanismo, y hay documentos que atestiguan esa voluntad por parte de la autoridad competente, aprovechando un deseo ya explícito desde tiempos del Conde Duque de Olivares primero y Felipe V después. Ah, y el presidente Calvo Sotelo, ya en tiempos de la transición...
Y la burguesía catalana, excepto unas pocas excepciones, es verdad que ha dimitido de su papel histórico; por pereza e incompetencia de las generaciones modernas, han liquidado sus empresas y con el dinero fresco se han ido, unos al "tocho", otros a las Islas Caïmán, y muchos a ambos lugares a la vez...