sábado, marzo 24, 2012

Como desaprovechar las virtudes de un buen jefe militar

Un ex militar francés, actualmente en la reserva y con una brillante carrera en la industria de guerra ha escrito un libro sobre las fuerzas acorazadas de su país y, entre otros muchos temas, hace una referencia a la carrera militar de la que yo ya me había hecho eco hace muchísimos años, cuando supe que en la fuerzas militares del estado de Israel, con justa fama de tremendamente eficientes, los oficiales alcanzan el generalato a los 33/35 años, máximo a los 40, cuando todavía tienen el ardor juvenil.

Dice este escritor: "... los oficiales entran en un ciclo de formación y de cursos para escalar posiciones, así como de responsabilidades en los Estados Mayores por cuyo paso han de acceder forzosamente si quieren hacer carrera, y que los alejan de las realidades del terreno. Cuando algunos acceden a comandar un regimiento con el grado de coronel, han transcurrido 10 o 12 años desde su mando operativo como capitanes. Y estos 10 años pueden suponer una travesía del desierto en la cual el joven oficial lleno de ideales se puede transformar en un "funcionario" y perder parte de su entusiasmo. Efectivamente, si la mayoría de cuadros jóvenes del Ejército de Tierra son de gran calidad, hay que admitir que, a partir de teniente coronel,  la calidad de los hombres es menos homogénea..."

Una lastima, común a todos los ejércitos demasiado "viejos" y corporativos en sus estructuras, con demasiados oficiales superiores que frenan el acceso al escalafón de los jóvenes, más preparados.

Coronel Von Rohaut

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