lunes, mayo 14, 2012

El liderazgo


No es ni algo que se tiene ni que te lo dan, si no algo que uno se ha de ganar y para lo que, obviamente, ha de tener una cierta predisposición, cualidades y habilidad. Y lo tienes (y, en política, mejor si lo has obtenido antes en una disciplina diferente) cuando los demás te lo reconocen.

Y me sabe mal, muy mal, tenerlo que admitir, pero en Catalunya, en el movimiento independentista catalán, hay una evidente falta de liderazgo, de capacidad de convencer, de arrastrar, de aglutinar y de dirigir.

Lo hubiera podido hacer el Jordi Pujol, con su evidente carisma y "autoritas", pero no quiso cuando fue su momento. No creo que quiera, ni que pudiera si quisiese, el Artur Mas. Pero es que detrás suyo está el desierto intelectual, el páramo dialéctico, la nada, el vacío, la ambigüedad moral y, en el peor de los casos, la mediocridad...

Y muchas veces, y también he de reconocerlo, la ausencia de una posibilidad real de destacar que, a veces, la da la suerte. O, como dicen los americanos:
"To be the right man in the right place".

Y sin un líder, el independentismo catalán es, como decimos en nuestra lengua, "una casa de putes sense mestressa". Y, en román paladino o en la lengua del imperio y hábleme usted en cristiano, "el coño de la Bernarda".

Coronel Von Rohaut

(PS) Que un líder siempre puede nacer "en cualquier lugar, en cualquier instante".
Y también se puede pre-fabricar; pero no acostumbran a salir bien.

1 comentario:

dani dijo...

Eso de la mediocridad se da en todos los ámbitos de la política española. No se salva ningún partido que lleve algo de tiempo tocando poder. Porque cada líder prefiere estar rodeado de gente que sea menos inteligente que el, y que le diga lo bien que lo hace. De entre esos que le rodean, alguno le sucede, y aplica la misma política. Con lo que al final los que medran en los partidos son los mediocres y los pelotas.