miércoles, octubre 10, 2012

¿Donde estaban los "gangsters" españoles?


Cuando yo era pequeño y veíamos las películas americanas de "gangsters" y "maffias", nos decían: "mira si es buena la policía española que aquí ni hay bandas de gangsters ni pasa nunca nada".

Y era cierto porqué todas los robos, pillajes y latrocinios de altura no los hacían los raterillos y pequeños malhechores y delincuentes de barrio (que son los que la policía perseguía y atrapaba) si no los ministros y altos dirigentes del régimen. El mayor robo o hecho delictivo de toda la postguerra fue el multimillonario caso del desaparecido "aceite de Redondela", realizado por Nicolás Franco, hermano del Generalísimo y con la complicidad de altos cargos políticos y policiales.

Y sus secuelas, al conocerse el hecho y antes de llegar a juicio, fue la desaparición de los testigos en extrañas circunstancias de suicidios, asesinatos no esclarecidos o "curiosos" accidentes.

De haber existido un James Cagney español y en la famosa secuencia final de uno de los mejores films de "gangsters" de todos los tiempos (en la imagen), en lugar de gritar, desde lo alto de una torre,
"¡Soy el rey del mundo...!" (*), aquí hubiera exclamado
"¡Soy el Jefe Provincial del Movimiento!"

Y de aquellos bravos falangistas de entonces, sus hijos y nietos son los ministros, ex-ministros y sub-secretarios de ahora. Tanto de un partido como del otro, que aquí no discriminamos a nadie...

Coronel Von Rohaut

(*) "Al rojo vivo" de Raoul Walsh.  En otras versiones decía "Mamá, estoy en la cima del mundo".

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