jueves, octubre 18, 2012

Las mafias chinas...


... y la gran corrupción española.

Ayer salió por una tele catalana un empresario chino, instalado en Barcelona desde hace años y hablando bastante correctamente en catalán; pero, sobre todo, hablando alto y claro, con una valentía que me sobrecogió y que hasta es posible que lo pague caro.

Confirmó que antes todo el comercio al por mayor y la mayor parte de la venta al detall de productos importados de China, el "todo a cién" y la confección barata, se realizaba en Catalunya. Entraba por el puerto de Barcelona y el aeropuerto del Prat y (y esto lo recuerdo perfectamente) los chinos fueron copando todos los locales del antiguo barrio textil de la ciudad; alrededores de la calle de Trafalgar, cuyos despachos y bajos, de la arruinada industria textil catalana, se quedaban pagando en dinero contante y sonante.

Luego se instalaron en numerosas naves industriales de un polígono de Badalona, donde permanecen pero, a la baja.


Explicó este empresario que en un momento dado la mayoría de chinos se trasladaron a un polígono de Madrid y a la capital de España movieron la principal parte de sus negocios al por mayor y que abastecen al 60% de los bazares de España. Y también trasladaron la entrada de sus mercancías al puerto de Valencia y al aeropuerto de Barajas. Y todo para eludir los controles y la vigilancia que tenían que soportar en Catalunya, tanto en las aduanas como a través de las inspecciones de Hacienda, que no paraban de visitarles.


Controles mucho más laxos, por no decir casi inexistentes, en Madrid (*), todo y siendo igual por parte de las mismas autoridades nacionales (Hacienda y Guardia Civil). Él afirmó que en Madrid/Valencia han visto muy facilitada su labor de importación con documentos falsos y sus ventas sin declarar, con el consiguiente fraude fiscal, que tanto facilita el posterior "lavado de capitales".

Esto coincide con un hecho vivido, ya antiguo de años y que ya expliqué aquí varias veces: la de un amigo mío profesional liberal, administrador de fincas y que, en un Congreso Nacional celebrado en Jaén, al comentar en una tertulia con administradores andaluces, su preocupación por tener que ingresar la liquidación periódica del IRPF, le preguntaron, extrañados "¿Ah, pero vosotros pagáis el IRPF?". Y al responder mi amigo que, claro que sí y que si no ya les vendría la inspección, le dijeron "Aquí no pagamos ni tenemos jamás ninguna inspección de Hacienda".

Y no hace tanto, un diputado, creo que de ERC, exclamó que los catalanes pagábamos más impuestos que los andaluces ("en Andalucia no paga ni Dios" dijo, y dijo bien), y todos los diputados españoles de la Cámara le saltaron a la yugular, le acusaron de demagogo, de xenófobo y de mentir y chillaron: "¡Que en España los impuestos son iguales para todos!". Pero es como aquello que dice que "la Ley es igual para todos, pero unos son más iguales que otros".



La Ley impositiva es la misma en todas partes pero, mientras en una región como Catalunya, el fraude se persigue con saña (lo que no puede ser criticado desde un punto de vista ético), en otras regiones se hace la vista gorda, no se persigue ni controla ni castiga y, por lo tanto y obviamente y yo haría lo mismo, la gente no paga... Y ya solo faltaba que lo confirmaran los chinos (**).

Y esto es, mis queridos amigos, otra forma más, complementaria pero no por ello menor, de expolio hacía Catalunya y los catalanes. A sumar al  "robo" multimillonario del déficit de las balanzas fiscales.

Coronel Von Rohaut

(*) Y un ejemplo es que, según las cifras oficiales publicadas por Hacienda, las cantidades de dinero decomisado en el Aeropuerto de Barajas al intentar sacarlo ilegalmente de España, es casi inexistente y sin comparación con el decomisado en Barcelona por las mismas autoridades, todo y tener mucho menos tráfico.
(**) A los que ahora quizás (y está por ver) encierren a algunos, pero llevan defraudando y blanqueando un montón de años. Y encerrarán a los chinos pero "¿y a los andaluces, a los salmantinos, a los extremeños, a los manchegos, a los fabricantes de calzado alicantinos que trabajan en negro, y a los pescadores gallegos que no declaran ni una ínfima parte de las capturas y ventas que realizan y sé de qué hablo?". A los abogados y dentistas catalanes, que también defraudan, ya llevan años inspeccionándolos...

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