jueves, marzo 21, 2013

El cura de Can Picafort

Por fín un cura, esta vez mallorquín y creo que también hubiera sido muy fácil encontrar alguno en otra región de las Españas, ha sido castigado por la jerarquía católica por actos de pederastia. Y está mal, muy mal, lo que ha hecho este cura, pues es inmoral e indecente y muy reprobable, el abusar sexualmente de menores y éste tío abusaba de niñas que frecuentaban la parroquia (lo que indica que, a veces, es más seguro frecuentar discotecas...).
Pero al menos éste no es, además,  maricón...

Y no sé por qué rebuscados circuitos mentales, se me ocurre que el que el tío sea de Can Picafort (en castellano casa de pica fuertemétela fuerte), podría ser premonitorio. Como aquel chiste malo del tío, un italiano, que al responder a la pregunta de: ¿nombre y oficio?, dijo "Cornelio Cabroni, tocatori di cornio" y del que, al denunciar que su mujer le ponía cuernos, el policía que le atendía exclamó  "¡Predestinato...!".

Pero es que siguiendo con las asociaciones creadas en mis enfermizos recovecos mentales (*), el cura de Can Picafort me trae a la memoria a un famoso trío de cantores de tangos de antes de la guerra, los argentinos "Irusta, Fugazot y DeMare", que triunfaron en Barcelona (una de las capitales mundiales del tango y donde se adoraba a Carlos Gardel). Y mi padre me contó que, en la alegre y un pelín depravada Barcelona de antes de la Guerra, de la época gloriosa del Paralelo y el Barrio Chino, a estos argentinos se les llamaba, paródica y desenfadadamente, "Cap de Fusta, Furga Fort a Sa Mare" o sea y en castellano, y es verdad que sin demasiada gracia: Cabeza de Madera, Hurga Fuerte a su Madre. Una maldad más bien inocente...

Coronel Von Rohaut

(*) Me encantaría tener tiempo y disposición para el estudio de las profundidades más oscuras de la mente humana, a la manera de un Freud (en la imagen) o un Lacan...

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