martes, diciembre 30, 2014

La República Catalana y su Defensa Nacional

Siguen apareciendo voces, incluso autorizadas como la del Juez Santiago Nadal, cuya honestidad y catalanismo respeto que, por un exceso de buenismo, de idealismo radical sesentayochesco ("Haz el amor, no la guerra"), de pacifismo mal entendido, de utopía de "Shangri La", de excesivos escrúpulos morales y hasta presupuestarios y de prioridades de gasto, o de querer ir por el mundo con el lirio en la mano con lo que te expones a que te arreen hostias hasta en la foto del DNI, que insisten en negarle a la futura Catalunya independiente el deber de dotarse de unas Fuerzas Armadas (bien dimensionadas y proporcionales), y el derecho a que sus habitantes gocen del suficiente nivel de autodefensa y seguridad. 

Defensa ejercida por si mismos y no arrendada ni disfrutada por procuración. La soberanía nacional (y la defensa es una de sus principales ramas o sostenes) es irrenunciable y debe ser ejercida en su totalidad y sin renuncias ni carencias (*). 

A tal efecto el SEM ha publicado un artículo en respuesta al borrador de Constitución Catalana redactada por el equipo del magistrado Vidal y que, en catalán, puede leerse clikando aquí mismo.

Coronel Von Rohaut

(*) Al término de la IIGM y cuando las potencias occidentales vencedoras se repartieron, dentro de su alianza, sus misiones o responsabilidades bélicas para la post-guerra, recuerdo que a Francia (y a Canadá y otros países más pequeños) le asignaron el poder disponer de una potente Fuerza Aérea pero dotada solo de aviones de caza.
Las misiones de bombardeo (y el poder disponer de grandes aviones bombarderos dedicados a tal fín) se las reservaron para sí los anglo-sajones "mayores" (USA y el Reino Unido). Y un general de aviación francés cuyo nombre ahora no recuerdo (han pasado muchísimo años...), escribió un manifiesto en contra, cuyo título era "La cota de mallas mal cortada", aludiendo a que, al no disponer de bombarderos, Francia quedaba parcialmente indefensa, con una armadura incompleta.
Naturalmente, cuando su llegada al poder, el General De Gaulle subsanó el error y creó su Fuerza Aérea de Disuasión Nuclear independiente, si bien dotada solo de aviones de bombardeo de reducidas dimensiones (caza-bombarderos, en la imágen, y no cuatrireactores) y de poca capacidad de alcance y de "strike"; también por problemas presupuestarios. Y el tener (y querer) que contar con sus propias capacidades industriales, mientras los británicos trabajaban con la ayuda y colaboración americana (lo que, con el tiempo, limitó sus posibilidades de diseño y de desarrollo tecnológico y, ahora ya, ni ellos...).

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