martes, enero 06, 2015

La anomalía y el regreso a la normalidad

Economistas y escritores intelectuales franceses, como el mediático Thomas Piketty (en la imagen superior) y Eric Zemmour, en obras recientemente publicadas y con gran éxito, vienen explicando que la era de bienestar y de crecimiento social de las clases medias y obreras no proletarizadas entre el final de la Primera Guerra Mundial y, muy especialmente, los 30 años siguientes al fín de la Segunda Guerra Mundial, ha sido una "anomalía" en la historia de la humanidad.

Y que después de la caída del Muro de Berlín, se ha vuelto a la normalidad del siglo XIX (y anteriores).

Lo resume, en un artículo del periódico ARA, el historiador Borja Vilallonga (de la Universidad neoyorquina de Columbia) y traslada que también el economista Sala y Martín, en sus clases en la misma Universidad de Columbia, explica que la creciente desigualdad que asola a Occidente es el precio que hemos de pagar para que gran parte de la población mundial salga de la pobreza, la miseria, en la que ha venido subsistiendo por los siglos de los siglos.
¡Habrá que joderse! O buscar una solución que yo, pobre de mí, no se ver, ni se me acude.

Vuelven malos tiempo. Por suerte (es un decir) yo ya me estoy yendo...

Coronel Von Rohaut

(PS) Piketty, de 43 años y de influencia intelectual marxista (académica, no populista-demagógica como los chicos de "Podemos"), es autor del libro "El capital en el siglo XXI". Después de obtener el Bachillerato "S" (científico) y de seguir cursos especiales de preparación, ingresó en la Ecole Normale Supérieure (ENS) donde realizó estudios de matemáticas y economía. A los 22 años se doctoró y publicó en la EHESS (Escuela de altos estudios en ciencias sociales de Paris) y en la London School of Economics. Antes de regresar a Francia para ser Director de Estudios en la EHESS y luego presidir la Escuela de Economía de París, estuvo unos años como profesor-asistente en el Massachussetts Institute of Technology (MIT).
Y ahora acaba de rechazar la Legión de Honor que le otorgaba el presidente Hollande, al que no le reconoce, ni a él ni a su gobierno, la capacidad de otorgar honores... (Un poco chulo, como tantos intelectuales)

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