viernes, mayo 29, 2015

Esto son tradiciones, y lo demás, hostias en vinagre

El otro día vi por televisión la ceremonia anual de la Apertura del Parlamento Británico por parte del soberano de turno, que se viene desarrollando desde tiempos casi inmemoriales.
Y la "Queen" Elizabeth II (*), iba cubierta con su capelina de armiño y con su corona imperial en la cabeza (que debe pesar un huevo).
Una pieza llena de pedrería que tiene un valor de la friolera de 300 millones de euros (unos 50 mil millones de las antiguas pesetas, si no me he equivocado) y nadie se escandaliza, porqué:
  1. La joya pertenece al estado y no a la reina.
  2. La soberana lee el discurso inaugural, que le ha escrito el Primer Ministro (sea del Partido que sea), y del que ella no puede cambiar ni una coma.
  3. Porqué el Rey reina, pero no gobierna (pero ya está forrado, que esto no se lo quita nadie...).
Coronel Von Rohaut

(*) De la Casa de Hannover (heredera de la anglo-escocesa Stuart/Estuardo), de 1714 hasta 1901, y desde entonces Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, apellido, también alemán por el esposo de la reina Victoria, que se cambiaron en 1917 (durante la IGM contra Alemania) por el inglés actual de Windsor.
Y otros parientes se cambiaron el alemán Battenberg, por el britanizado Mountbatten que luce el esposo de la Reina, el Duque Felipe de Edimburgh (griego de origen danés y alemán).

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