viernes, febrero 12, 2016

No hay mal que por bien no venga...

Yo llevo tiempo padeciendo de un problema intestinal (con perdón) que me ocasiona que, a menudo, tenga que dirigirme al cuarto de baño, raudo y veloz y sin entretenerme ni descuidarme, y no para darme un pediluvio (o sea, un baño de pies, y lo aclaro para los que no lo hubieran o hubiesen entendido).

Pero una vez sentado en la taza, me concentro en pensar en el señor Aznar, en el Rajoy, en el González, en el Fernandez Díaz, en el Montoro, en el Corcuera, en la Soraya y la Esperanza, en el Rivera, en el Ansón, en el Iceta, en el Rey, su padre, su abuelo y su tatarabuelo, "e tutti quanti".

Y me quedo descansado con la idea que estoy amortizando la incomodidad que estoy sufriendo y soportando con estoicismo y con fé y sumisión cristianas, y que doy por bien utilizada.

Qué quieres que te diga, el que tiene ha de repartir...

Coronel Von Rohaut

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