martes, abril 11, 2017

Newark, en New Jersey (pero justo a la otra orilla del rio Hudson), el tercer aeropuerto de New York

Una vez y sin querer, por un despiste inusual en mí (pues dominaba vuelos y aeropuertos), me colé en un vuelo a las Bahamas, cuando yo iba a las Bermudas.

Enseñé el billete a la salida de la sala de espera y en la puerta del avión y me dejaron pasar. Me senté en mi butaca y al poco un caballero, muy educadamente, me dijo que yo estaba ocupando su asiento. Le respondí que no y exhibí mi billete. Vino la azafata y comprobó que el asiento era el correcto pero no así ni el avión ni el vuelo (!!!), ya que yo iba a las Bermudas y aquel era un vuelo a las Bahamas (¡ojalá no me hubieran pillado, pues a las Bermudas, imagen inferior que es donde yo tenía un cliente, descendiente de piratas, ya hubiera ido después...!).
Nunca entendí como me habían dejado pasar (recorrí el pasillo de salida del avión un poco ruborizado...) si bien esto ocurría cuando no habían los controles generados por la lucha antiterrorista y todo era más beatifico...

Coronel Von Rohaut

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