martes, septiembre 19, 2017

Claro que yo jamás he dejado de tomarlos...

Incluso abundantemente y a pesar de todas las alarmas catastrofistas y así estoy yo, hecho un pimpollo, a mis 78 años. (*)
Me refiero a las grasas saturadas (las más ricas) como los embutidos y los productos del cerdo (de buena calidad, "of course"), el jamón de Jabugo y el tocino (la "cansalada" ibérica),  la buena mantequilla ("mantega" en catalán, "beurre" en francés), los huevos, el avocado o
aguacate, los quesos grasos y bien curados, incluso los de leche de oveja o de cabra (¡mmm... qué ricos!),
que ahora y después de años de demonización y de estigmatizarlos, "arresulta ser" que hasta son saludables para nuestra salud, y no solo los pescados azules como la riquísima y humilde sardina que ya hace algunos años que fue despenalizada (al igual que el buen vino tinto...).
"Cosas veredes, amigo Sancho" o, como decía mi abuela "no ens hauriem de morir mai...",
pues cada día se aprende algo bueno (para la salud...).

Ah, y todo acompañado de una buena hogaza de "pà de pagès" hecho con un buen trigo, agua, sal y levadura natural para la "masa madre", dejada reposar durante horas para que fermente bien; y nada más. Así como una copita de un buen (y caro) burdeos...
Coronel Von Rohaut

(*) La única prohibición y que he seguido al pie de la letra es la de dejar de fumar.
¡Como me acuerdo de las cajetillas de "Dunhill" que me fumaba...!

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