Mientras en Barcelona y gracias a las inversiones (o su total falta) del estado español en Catalunya (a pesar de ser, los catalanes, los que más aportamos a las arcas estatales), para ir en tren a Puigcerdá (118 kilómetros), en unas vías y catenarias de la época de Primo de Rivera, se tarda más que cuando la línea (de una sola vía en muchos tramos todavía hoy) fue inaugurada en 1922...
Gobernantes castellanos, mamones e hijos de la Gran Puta...
Coronel Von Rohaut
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