martes, junio 12, 2018

A costa de que me tomen por antipático

O hasta por inhumano. En este barco que navega por el Mediterráneo, desde Africa y con destino a Europa, viajan más de 600 migrantes, cuya vida peligraba (y ojo que es solo un ejemplo entro otros muchos que se dan a diario...). Me parece muy bien la decisión solidaria de España de acogerles, mientras Italia les niega la entrada en su país a través de sus puertos.

Estoy a favor de las acciones humanitarias pero, bajemos de las nubes o del "buenismo acrítico" y pongamos los pies en el suelo; aparquemos los sentimientos y demos paso al sentido común, que ya se sabe que es el menos común de los sentidos.

El problema no son estos 600 de hoy o de ahora. El problema es que en Africa hay varios cientos de millones (cientos de millones) de personas que ahora mismo sueñan con venir a comer a Europa. Su población actual y en gran parte sub-alimentada o desnutrida, especialmente la sub-sahariana, ya supera los 1.000 millones.

Y si saben que en España se les acoge (en otros países no) lógicamente querrán venir todos a España (o a algún otro país que les abra la puerta). Es el efecto llamada.

Y la pregunta, obligada, es ¿Tenemos mesa para todos?

¿Alguien piensa en las consecuencias de una invasión de una Europa no preparada, por hordas de personas hambrientas, buenas y pobres gentes pero que quizás (no quizás sino seguro) no cabrán?

A mi modo de ver enfrentamos un problema de proporciones colosales ya que el continente africano, en un futuro próximo, albergará 4 mil millones de seres, frente a 500 millones de bien alimentados europeos.

Desconozco la solución. Alguien tendrá que pensarla y aplicarla. Pero lo que es seguro es que no es ir acogiendo barco tras barco y hacer de Madre Teresa de Calcuta... Nos veremos desbordados.

Y alguien tenía que decirlo.

Coronel Von Rohaut

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