Leo que un estudio universitario demuestra que los teclados táctiles de "tablets" y teléfonos móviles son uno de los lugares con más millones de microbios; más que las suelas de los zapatos.
Y ello es debido, aparte de las salpicaduras de estornudos y ataques de tos debidamente dirigidos, a la mierda que llevan las yemas de los dedos con las que tocamos dichos teclados (incluidos mocos, en el caso de tiernas criaturas).
Porqué, todo hay que decirlo, la gente se lava poco las manos, incluso despues de ir al baño para hacer sus necesidades fisiológicas; y no solo mear si no también cagar y limpiarse el culo con las manos y mas o menos papel higiénico que, a veces, es un bien escaso...
Lo grave es que esta dejadez o guarrería hasta ocurre (y aquí lo he repetido muchas veces) entre los camareros y personal que manipula comida y bebida; y esto lo he constatado ampliamente a lo largo y ancho del país, con motivo de mis antes muy numerosos viajes por todos los pueblos de España.
Y la imagen que tengo más vivida (nuestro cerebro, a veces, nos proporciona estas curiosas anécdotas de la memoria) es la de un camarero de un bar de tapas (banderillas les llamaban allí) de Vitoria, el día de su fiesta patronal, la Virgen Blanca, y día en que baja el Celedón con su paraguas (en la imagen).
Estando yo en los lavabos, dicho camarero se estaba sacudiendo enérgicamente la minga después de mear con lo que, seguramente, alguna gota fue a parar a sus manos. Sin lavarse, ni siquiera abriendo el grifo para disimular, salió y volvió directamente a su puesto tras la barra. Yo también salí y directamente me fui a la puta calle, jurándome no volver jamás a dicho bar.
¿Pero, y cuando no lo vemos...? Pues "agua y ajo" o sea, aguantarse y a joderse.
Reconozco que yo soy un poco compulsivo en esto de lavarse las manos (como el personaje de una película, un inspector de policía francés, que interpretaba el actor Jean Louis Trintignant) y me lavo con agua caliente y jabón varias veces al día y no solo antes y después de las comidas o de las actividades de drenado y vaciado de mis partes bajas y pudendas. Pero es que hay gente que no se lava casi después de nada, ni de rascarse los pies malolientes ni los güevos siempre sudorosos...
Coronel Von Rohaut
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