Como que algunos me han acusado, a veces, de pensar solo en política y en armas y guerras, al leer ayer la columna de Joan de Sagarra en La Vanguardia, recordé otros de mis intereses de juventud y le envié la carta que os adjunto, dándole las gracias por sus recuerdos que, en este caso, también son los míos.
"En la TERRAZA de La Vanguardia de hoy, Joan habla de su afición al Jazz, hoy ya un poco más templada. También el Jazz fue para mí una pasión excluyente de juventud, ahora un poco mas difuminada o, mejor aún, compartida con distintos tipos de música, pues la madurez es casi siempre menos radical. Yo también recuerdo con nostalgia la fundación del Jamboree, así como las confrontaciones entre los “boppers” y los clásicos como Papo y discípulos de Panassié, si bien no participé activamente en dichas tertulias (y nunca podría renegar de Duke Ellington), pero el “nuestro” también era y es todavía hoy, el ”mío”, de Charlie Parker hasta Ornette Coleman (pero a este último ya no le tragué), pasando por Dizzy Gillespie, Max Roach, Miles Davis, Thelonius Monk, Percy Heath, Ray Brown, la elegancia del Modern Jazz Quartet de John Lewis y Kenny Clarke, la pasión de los Jazz Messengers de Art Blakey así como también los blancos “west coasters” como Gerry Mulligan, Stan Getz, Lee Konitz, Chet Baker y tantos otros.
Y también tiene razón Joan de Sagarra cuando afirma que es difícil sentir el Jazz (el Jazz no se escucha, se siente en las tripas) sin un whisky en la mano, en penumbra y envuelto en una nube de humo. ¿No es esto el “cinéma noir” o el ambiente del “polar”?
Gracias, Joan, por tus recuerdos.
Eduard Rohaut
Barcelona/Sant Gervasi"
Bueno creo que estoy inagurando tu BLOG. Coronel Von Rohaut me parece muy bien tu disertación y quedo parada de la memoria que muestras, más que parada asombrada. Lamento no poder contribuir con mis comentarios y enriquecer o crear debate, que para eso es un blog (creo)pero me confieso analfabeta total sobre el tema. Es más hace poco fuimos a Jamboree pues tocaba no se quién que Luis dijo que era bueno, yo me fuí, él se quedó, yo no aguantaba el humo, el olor ni el ambiente, es verdad que era como cuando eramos "más" jovenes, pero ahora con lo que sabemos sobre el humo del tabaco..... la verdad que ya no estoy para luchar con molinos de viento.
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