El Defensor del Pueblo se creó, en la Constitución Española, a imagen y semejanza del "Ombudsman" de Suecia para, en principio, defender al ciudadano de a pié de las posibles tropelías del Estado y cuando otras instancias no te hacen ni puto caso. O sea, proteger al mas débil.
Y en Suecia funciona o, por lo menos, funcionó. Pero en España, ¿puede alguien decirme para qué coño sirve? ¿Conoce alguien a algún común habitante del país al que este señor u organismo le haya solventado o librado de alguna decisión injusta, arbitraria o desmedida de cualquier juez o funcionario?
Cada año presenta un informe de miles de páginas que ni Dios tiene cojones de leerse y aquí paz y allí gloria y si te he visto no me acuerdo... Eso sí, ¡por favor! y a vivir del presupuesto...
Pero es que encima, en España, aquí y ahora, está ocupando este cargo que en todas partes se destina para una persona de reconocida seriedad y bondad, de valía e imparcialidad, una especie de mamarracho que, al principio de la democracia y en una entrevista en "Interviu", declaraba que a él y a su señora esposa les gustaba jugar con un aparato que succionaba las tetas... Te pueden gustar los juegos eróticos, pero un hombre público y educado se reserva estas cosas para el ámbito familiar y no las va pregonando en revistas de chismorreo. Pero cómo que además había sido el socio del gabinete jurídico-laboral de Felipe González, llegó a ministro de justicia (malo, muy malo, por cierto).
Y un mal día, a este buen hombre, vasco pero españolista (cómo muchos), va la ETA y le pega un tiro a su hermano, también abogado y delante de su hijo.
Lo puedo entender pero al Múgica le cogió una rabia anti-nacionalista (contra los nacionalismos vasco y catalán, éste último no sé porqué, pero desde luego no contra el nacionalismo español), que le incapacita moral y psicológicamente para defender a los habitantes de un país del que odia, de forma furibunda, a un gran porcentaje de los mismos. Le hicieron Defensor del Pueblo, con el voto unánime del PP, que ya se había dado cuenta que de socialista y de izquierdas no le quedaba ni el rabo.
Amargado (y con razón) por el asesinato de su hermano, en lugar de recluirse en un monasterio si tan afectado quedó, se dedicó a perseguir nacionalistas desde un cargo que no estaba hecho para ello. Se niega en redondo, e ilegalmente, a traspasar parte de sus funciones al Defensor del Pueblo de Catalunya y ni siquiera a colaborar y compartir información. Y desde una institución que ni por asomo tiene esa competencia, ha presentado recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Catalunya. Contra los estatutos de Andalucía y Valencia, que tienen montón de artículos calcados (no parecidos o inspirados, si no "copiar y pegar", con lo que se han ahorrado los gastos de un jurista-redactor) ha dicho que no hacía falta.
De la misma forma que a veces te preguntas ¿quién vigila al vigilante?, yo me pregunto ¿quién me defiende del defensor, cuando el defensor es un pájaro que actúa cómo juez y parte?
Coronel Von Rohaut
Mi querido coronel, hoy has estado brillante. Lo del recurso al Estatut de Catalunya fué demasiado. Y no sabía que además se niega a colaborar con nuestro Síndic de Greuges. Lo que le faltaba!...
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