lunes, septiembre 03, 2007

El profesional

Hoy acabo de recibir un cheque de Estados Unidos, de parte de "Google", como liquidación de mis comisiones por los "banner" insertados en los "post" o artículos publicados en mi "blog".

Cómo que muchos de vosotros no "clikais" sobre el "banner" cuando me leéis, la cantidad recibida no alcanza ni para invitaros a una copa a cada uno. Pero si cobro por escribir, ya soy un profesional ¿ no ?

Por lo tanto, a partir de hoy, cuando indaguen mi profesión, ya no pondré ni "pensionista" ni "jubilado" (qué mierda de pensión y qué vergüenza de jubilación...!!).

Ahora pondré "escritor", "periodista" o "ensayista". Aún no lo he decidido; mi nuevo "estatus" es tan reciente...

En Francia, a los grandes periodistas con artículos de opinión, cómo François Mauriac, el italiano Indro Montanelli, Jean-François Revel o mi admirado Raymond Aron, todos fallecidos para no poner a nadie en activo, se les llamaba "maîtres à penser". No, no me voy a comparar, ni por el forro. Ya estoy bastante contento con detectar la cantidad de puntos de coincidencia existentes entre mis posiciones y puntos de vista con los que expresaba (incomparablemente mejor que yo) la gran periodista italiana Oriana Fallaci, particularmente sobre temas de geopolítica internacional y sobre los árabes y el islam...

Otro "grande" acabado de fallecer es Francisco Umbral. Cómo con todos los cadáveres famosos, los elogios han sido ditirámbicos e indiscriminados. No, no es cierto que todos los muertos hayan sido unas excelentes personas, "amigos de sus amigos", puesto que los hijos de puta también palman y la muerte no les redime.

Ahora bien, sí es verdad que Paco Umbral fue un excelso escritor que manejó la lengua castellana cómo nadie en la segunda mitad del siglo XX. Pero también fue un gilipollas y un digno columnista de "El Mundo" en estos últimos años, sin ninguna relación con el autor de "Mortal y rosa", que tanto le gustaba a mi mujer, la Pili.

A pesar que, con anterioridad, había escrito regularmente en "Destino" y en "La Vanguardia", se declaraba y ejercía de anti-catalán y en esto coincidía con su maestro Quevedo.

Suerte que Cervantes, que fue mejor que ellos, era catalanófilo.

Coronel Von Rohaut

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