Dije que algún día hablaría del "Big Game" o caza mayor africana y ahí van algunos apuntes. ¡Ojo! que no el "Great Game", que eso es otra cosa y también algún día lo comentaremos.
Por su masificación y debido a la gran cantidad de armas baratas existentes, así cómo por la bonanza económica y la gran cantidad de gente, particularmente americanos, que se lo podían permitir, el final de la II Guerra Mundial fue el máximo esplendor de la caza de grandes animales africanos. Especialmente deseados eran los "5 grandes" o "Big Five" a saber, el león, el leopardo, el elefante, el rinoceronte y el búfalo. Pero ahí empezó su decadencia.
Debido al exceso de su caza, algunos cómo el rinoceronte y el leopardo, así cómo el hipopótamo, están en crisis o vías de extinción. Se mantienen, gracias a los parques naturales y reservas de caza, el león y el elefante que, bien administrados, no ofrecen problema para su caza deportiva. Incluso en muchos parques o áreas naturales, el exceso de elefantes puede crear problemas ecológicos, debido a su voracidad y consumo de vegetales, que llegan a crear inicios de desertización y si sus poblaciones no se mantienen estables, crean carencias al resto de fauna salvaje.
El búfalo cafre o del Cabo que, además, por su fiereza y peligrosidad, es el de caza mas excitante, no ofrece, de momento, peligro de supervivencia.
Yo, como comedor de vaca y cerdo, no tendría problemas éticos a la hora de cazar animales herbívoros ungulados (gacelas, antílopes, búfalos, etc.), siempre que, debidamente gestionados, no peligre su conservación y para esto nada mejor que las granjas cinegéticas, cotos o reservas de caza cómo las existentes en Sudáfrica, Namibia, etc. que, además de ofrecer riqueza y estabilidad económica, ayudan a la supervivencia de mucha fauna salvaje.
Porqué en la actualidad, el peor peligro y lo que provoca la casi desaparición de muchas especies, es la caza furtiva. Particularmente la que se practica en los aledaños de los grandes parques naturales y que realizan poblaciones indígenas, bien para comer, lo que debería resolverse por otros medios, o bien para comerciar, por ejemplo, con los colmillos de elefantes e hipopótamos, por su marfil. O con los cuernos de los rinocerontes que se usan para empuñaduras de puñal en el Yemen o para practicas de medicina supersticiosa en Asia. Comerciantes sin escrúpulos de los países árabes y de Hong Kong son el principal peligro para la gran fauna africana, después de los propios indígenas ignorantes, hambrientos y necesitados.
Jamás cazaría rinocerontes (por su escasez), ni elefantes, por ser éste animal, con su majestuosa presencia, un icono de África, uno de los símbolos de la naturaleza, las "raíces del cielo"...
No digamos ya matar un leopardo, con su belleza felina y que, también por su escasez, me parece más que un pecado... un sacrilegio.
Desgraciadamente, la mayoría de nuevos países independientes africanos no disponen de medios para una conservación eficiente y además, la presión demográfica que reduce sus hábitats, está diezmando muchas especies, como los gorilas de montaña.
Desde finales del siglo XIX y hasta la II Guerra Mundial, con África en manos coloniales europeas, fue la época dorada del "Big Game". En este tiempo se suceden los grandes "safaris" en Kenya, Tanganyka, Namibia, Sudáfrica y demás colonias inglesas y alemanas, así cómo en el Africa Occidental y Central Francesa y en el Congo belga.
Pero desde mediados hasta finales del siglo XIX, época de los grandes descubrimientos en África, fueron los tiempos épicos de la caza africana y el nacimiento del "gran cazador blanco", el profesional de la caza.
Un buen amigo mio, cazador muchas veces en África y que tiene su casa llena de grandes trofeos, seguramente me criticará por algunas cosas que habré expresado equivocadamente, pero en un próximo "post", trataré de las distintas armas y calibres que se pusieron en juego y en ésto espero no errar.
Coronel Von Rohaut
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