El titiritero Albert Boadella era del círculo de los "intelectuales progres" que rodeaban al Maragall y era profundamente anti-pujolista, además, debido a que la Generalitat convergente no le concedió jamás ninguna subvención mientras se las daba, entonces y abundantemente, al Josep Maria Flotats, por ejemplo.
Y para un titiritero sólo hay algo peor que la envidia profesional: es la envidia por la "pela".
Ahora, encima, ha perdido toda creatividad. Ya tan solo es un "tocacollons" y la gente ha dejado de ir a ver sus espectáculos, que son bastante flojos.
Sumado este estar cabreado con todos los catalanes a su anti-nacionalismo catalán y a su anti-pujolismo históricos, ha decidido "castigarnos" y privarnos de sus coñas baratas. Gracias sean dadas a Dios, que está en los cielos.
Ha anunciado éste castigo en un libro que, a bombo y platillo, le ha premiado la muy española Editorial Espasa/Calpe y que se titula "Adios, Cataluña"
Ahora, la escritora Isabel-Clara Simó, valenciana independentista, le contesta con otro libro, titulado "Adeu Boadella".
Pero la Isabel-Clara es demasiado prudente, demasiado educada.
Yo le habría dicho, sencillamente, "Vete a la mierda, payaso", en la acepción mas peyorativa, negativa e insultante de la palabra payaso. Ninguna relación con los honrados y dignos artistas de circo...
Coronel Von Rohaut
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