Voy escuchando la radio en el coche y un tertuliano de la emisora de los obispos españoles pontifica que, después de las últimas elecciones, el país ha quedado dividido en cuatro partes perfectamente definidas y ni una más.
Dos comunidades (País Vasco y Catalunya) con partidos "nacionalistas" y dos partidos estatales, PP y PSOE, "no nacionalistas".
Pero qué manía, qué obsesión diría yo, en negar su nacionalismo español, legítimo si no fuera vergonzante, que tienen muchos centralistas. Y todo para poder utilizar la palabra "nacionalista" cómo insulto hacía catalanes y vascos.
¿O es que no son nacionalistas, y mucho, todos los franceses, sean de la UMP o del PS, que se sienten patriotas y cantan "La Marsellesa" mientras ondean su bandera tricolor? ¿O es que no sienten a su patria, su nación, los millones de americanos, republicanos o demócratas, que se ponen la mano sobre el corazón cuando escuchan el himno de su país?
¿Acaso no son nacionalistas españoles o castellanos (y furibundos...) los Aznar, Acebes, Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, María San Gil, Rosa Díez, José Bono, Ibarra, etc. etc.? ¿Porqué les da tanta vergüenza confesarlo o admitirlo, si se les llena la boca con la palabra España?
Y es que la memoria es muy frágil pero yo la tengo muy dura (...la memoria...). Cuando la UCD se hizo el "harakiri" y ganaron las elecciones por primera vez los del PSOE, un titular de la prensa anglo-sajona, no sé si el semanario "Newsweek" o el "Washington Post", decía entonces: "Victory of the young spanish nationalists" o sea, victoria de los jóvenes nacionalistas españoles.
Y estos "young nationalists" eran el Felipe González y el Alfonso Guerra y el "Post" no les llamaba jóvenes nacionalistas cómo insulto o calificación peyorativa sino por oposición y comparación a los "viejos carcamales" de la derecha española de entonces, liderada por el incombustible Fraga.
Cuyos rescoldos aún perduran.
Coronel Von Rohaut
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