Estoy resistiendo mas mal que bien, con retortijones de tripa, los "chutes" de hemoglobina patriotera, las hemorragias de "forofismo" español, las paridas del "intelectual" Camacho y de su sancho panza, el Manolo el del Bombo. Así como los gritos y desmanes de los otros Manolos, los desmadrados locutores, no de la COPE ¿eh?, si no de la Cuatro y de todo el Grupo Polanquista, enardeciendo las hordas pintadas y desmelenadas, exudando patriotismo cutre en la madrileñísima Plaza de Colón.
Algún buen amigo mío me recrimina y dice que me paso cuando insisto en que, defraudado por Italia y Rusia, confío en que Alemania gane a España en la final (cuando escribo esta entrada aún no se ha disputado el partido). Repito que yo siempre deseo que pierda España, ni que sea jugando a las canicas y algún amigo se escandaliza y me dice "¿pero no ves lo bien que está jugando España y que en la "roja" (*) juegan Xavi, Cesc, Puyol, etc."
Y yo le digo "¿pero es que ya no te acuerdas, cuando la campaña contra el Estatut de Catalunya, con mesas de recogidas de firmas instaladas en plena calle por el PP, donde señoras elegantes y muy bien vestidas, salían por la tele y preguntando: ¿Donde hay que ir a votar contra los catalanes?"
¡ Pues yo, con esta gentuza, no voy ni a cagar !
Coronel Von Rohaut
(*) Algo sí ha cambiado. Antes todo lo "rojo" era el diablo. Ahora, ¡viva el marketing futbolero!
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