Cuando la Guerra del Golfo y liberación de Kuwait en tiempos de Bush padre, el general Colin Powell era el primer negro en alcanzar el cargo de Chairman of the Joint Chiefs of Staff o sea, Jefe del Alto Estado Mayor Conjunto, el máximo rango dentro de las fuerza armadas americanas.
Luego el Bush tonto o sea, el hijo, le nombró Secretario de Estado o sea, ministro de asuntos exteriores y cómo tal, y supongo que por disciplina, defendió ante el Consejo de Seguridad de la ONU la invasión de Irak, ordenada por su jefe a instancias de los dos halcones del gobierno, el Cheney y el Rumsfeld que, ambos, chupaban y mucho con dicha invasión.
Recuerdo porqué lo vi en directo a través de la CNN, al pobre Powell enseñando un frasquito, cómo de aspirinas, diciendo que allí podían haber sustancias biológicas de destrucción masiva y proyectando las fotos de un camión, una especia de trailer de mudanzas, asegurando que era un laboratorio móvil donde Sadam Hussein fabricaba dichas sustancias, en Irak.
Con la cara pagaba y sólo le aplaudió la menopáusica ministra de asuntos exteriores del Aznar, la Palacios. Powell dimitió al poco tiempo y supongo que nunca les perdonó a los republicanos el ridículo que le hicieron hacer.
Ahora el conservador Powell sale a apoyar y avalar la candidatura del demócrata Barack Obama. ¿Lo hace porqué cree que es el más apto? Posiblemente. ¿Porqué es medio negro cómo él? No lo creo.
Pero si aseguraría que lo hace cómo venganza pues jamás he visto a un general quedar con la cara de burro que se le quedó entonces y la venganza es un plato que se come frío. Y ha llegado el momento.
Coronel Von Rohaut
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