Islandia es de los pocos muchos países que no conozco (porqué conozco muchos pero todavía desconozco más, ya que hay muchísimos...), pero siempre he tenido una cierta simpatía por este país, al parecer, tan limpio, civilizado y culto.
Y me encanta el bacalao de sus pesquerías: a la parrilla y "a brás", cómo los portugueses, o a la vizcaína y a "la llauna". Y también cómo lo hacían en el Motel Empordá de Figueras, dónde iban a comer Salvador Dalí y Josep Plá (*), sobre un lecho de espinacas y con un "coulís" de "alioli".
Pero ahora leo que uno de los platos emblemáticos de la cocina islandesa es el filete de tiburón marinado en meados de vaca.
Salvo que esto sea una leyenda urbana y no una asquerosa realidad, estaré muy contento que éste país, cómo se dice en la prensa, esté al borde de la ruina y de la quiebra financiera total.
¡ Salvajes !
Coronel Von Rohaut
(*) Y la Pili y yo, con nuestros hijos pequeños y donde alguna vez coincidimos con el guitarrista Paco de Lucía...
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