Maldito alacalde, malditos gobernantes

Estos días no estoy nada fino ni en condiciones físicas para grandes disgresiones filosófico-morales.

Pero acabo de recibir una felicitación navideña del alcalde de Barcelona, al que ni conozco, ni mucho menos es ningún amigo mío y encima la felicitación me la cobrará a mí.

Pero es que mucho hablar de la puta crisis y de todo lo que harán los gobernantes para paliar sus efectos y las grandes ayudas que darán a las grandes industrias y a los grandes bancos.

Pero no doy abasto a leer noticias de los aumentos que sufrirán todo los servicios cuyas tarifas están reguladas por dichos putos gobernantes, aumentos todos muy por encima del incremento del IPC. Agua, gas, electricidad, transporte público, servicios funerarios, impuesto circulación, etc, etc,, algunos hasta dos y tres veces por encima del índice del coste de la vida, que ya es, en si mismo, una falacia pues calcula la media de muchos parámetros pero no tienen en cuenta (*) que suben más, mucho más, los artículos de consumo diario, que son los que realmente afectan a nuestro coste de la vida real.

Y cuando me fijen la pensión del próximo año, el incremento lo calcularán sobre el IPC del mes de noviembre, que fue el mas bajo del año.

¡ Cabrones, que sois unos cabrones hijos de la gran chingada... !!! Que incrementáis de forma salvaje la tarjeta T10, la mas utilizada de los transportes de Barcelona, mientras vosotros predicáis una economía sostenible pero vais en vuestros coches oficiales con chófer y no tenéis ni los cojones ni la vergüenza de exigir, al gobierno central, la financiación justa que reclaman y merecen los catalanes. A los que no tratáis cómo ciudadanos si no cómo putos súbditos colonizados.

Maricones de mierda que deberíais ser, todos, internados en presidio por traición a la nación catalana o en un campo de concentración y de reeducación. Mira, a lo mejor, cuando hayamos conseguido la República Catalana, fundo uno para vosotros, cerca de los Monegros... Y es que hoy estoy de mala leche.

Coronel Von Rohaut

(*) O sí que lo tienen en cuenta pero, sencillamente, les importa un puto carajo...