Un insigne periodista escribe en un periódico serio sobre mis consellers favoritos. O sea, no soy el único, ni mucho menos, que les odia cordialmente. Y transcribe lo siguiente:
"Ni los disparates de Saura, ni los desatinos de Carod, ni las frivolidades de Baltasar, ni los desaciertos de Huguet...".
¡ Dios ! yo jamás podría escribir en un diario serio. ¿Cómo que llamar disparates, desatinos, frivolidades y desaciertos a las mariconadas, gilipolleces, cagadas y maldades varias que perpetran estos vividores y chupópteros descerebrados?
Es una injusticia que clama al cielo. Una equivocada, tergiversada, ñoña y excesivamente recatada forma de llamar a las cosas...
Coronel Von Rohaut
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