En distintas ocasiones he reseñado mi interés por los grandes monos, nuestros primos hermanos a los que estamos exterminando, matándolos directamente o robándoles sus habitats.
Ahora vuelven a tener lugar acciones de guerrillas y conflictos tribales en el este del Congo, en la zona de Kivu, cerca de las montañas Virunga. Me temo lo peor en relación a los pocos gorilas de montaña que sobreviven en aquel santuario, cada vez menos respetado.
Y hoy, en la contra de La Vanguardia, un primatólogo holandés que vive en las amenazadas selvas indonesias de Borneo, cuenta sus aventuras con los orangutanes así como algunas anécdotas con los mismos y, no me importa admitirlo, casi me han hecho llorar.
Si Dios existiera es imposible que ocurrieran muchas de las cosas que pasan en el mundo. Y si los humanos no fuéramos tantos, millones y millones y creciendo, la Tierra sufriría menos.
Coronel Von Rohaut
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