Veo por la tele entrar a una sala de reuniones al conseller Joan Dinosaura, acompañado de una ministra española. Y el conseller va todo sonriente. Y yo, candidamente, me pregunto ¿Porqué se ríe éste gilipollas?
Esta escena la he visto multitud de veces y siempre me ha impresionado, anonadado o mejor, dejado estupefacto.
Siempre que una manada de consellers o ganapanes asimilados entran a una reunión cualquiera, en la Generalitat o en cualquier ministerio de Madriz, junto con una comitiva de ministros, secretarios o subsecretarios, todos van siempre sonriendo o incluso riendo abiertamente y con cálidas manifestaciones de amistad, compañerismo y complicidad.
Lo entiendo en los delegados del Gobierno Central. Cómo siempre, ellos van a jodernos, a darnos por el culo, a hacérnosla mamar o todo ello a la vez, de golpe o poco a poco. Y es lógico y comprensible que entren risueños. Yo también voy siempre sonriente a follar.
Pero los de aquí ¿de que coño se ríen si les van a dejar el culo pelado y haciendo el ridículo con los calzoncillos bajados?
La única explicación racional que encuentro es que, en el fondo, a los de aquí les debe gustar...
¡ Politiquillos catalanes... maricas todos... !
Coronel Von Rohaut
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