miércoles, abril 22, 2009

Metales tóxicos

Durante la segunda guerra mundial los alemanes empezaron a fabricar municiones anti-blindajes, utilizando tungsteno (mayormente procedente de minas de wolframio de Galicia, España) en lugar del habitual plomo, por ser dicho material más denso y por lo tanto más perforante.

Más modernamente, los americanos empezaron a fabricar municiones contra blindados (las del cañón del avión anti-tanque Thunderbolt II A-10, así cómo las del cañón de 120mm del tanque Abrams, y otras), con uranio empobrecido pero no lo bastante empobrecido como para no causar cánceres y leucemias, ya que siempre queda una radioactividad residual en este mineral.

El uranio empobrecido es todavía más denso que el tungsteno y por lo tanto más efectivo contra blindajes pero, al detectarse estos problemas de salud y medioambientales, por lo menos en las municiones para entrenamiento, los americanos volvieron a las balas de tungsteno, llamadas por ello munición "green" o verde, por ecológica.

Pero ahora se ha detectado que también el tungsteno es tóxico, cómo la mayoría si no todos los metales pesados, y produce cáncer si es ingerido por el organismo, por ejemplo a través del agua previamente contaminada por restos de dicho material, ya que las municiones usadas van a parar al suelo, ríos, lagos, etc. (*). O sencillamente respirando el polvillo que suelta dicha munición al fragmentarse al impactar lo que ocurre, no solo en el campo de batalla, si no en los campos de entrenamiento y que afecta a las tropas propias.

Y digo yo, ¿no sería mejor volver a las putas balas de plomo de toda la vida, que si bien el plomo ingerido causa "saturnismo" esta es una enfermedad ya conocida y supongo que menos grave que cánceres y leucemias ya que la humanidad, usando plomo desde tiempos inmemoriales (**), hasta aquí hemos llegado?

Y que en todas las actividades humanas, es iluso buscar el "riesgo zero", ni la saguridad con garantía absoluta.

Claro que los "buenistas" de siempre dirán si no sería mejor dejar de fabricar balas, ni de plomo ni de hostias, y dejar de fabricar armas y ser todos buenos e ir a misa cada día...

¡ Pues sí ! Yo dejaré de fabricar balas cuando deje de fabricarlas mi posible enemigo y esto, el género humano que es cómo es, dificilmente me lo podrá garantizar nunca. Después de la Primera Guerra Mundial, Francia e Inglaterra dejaron de renovar sus arsenales y cuando les atacó Hitler, todavía corren. Hasta que vino el "primo americano", el de Zumosol, tan mal visto luego por todos los putos "progres" europeos... que si no hubiera sido por los americanos, en lugar de "progres" hubieran sido esclavos, de Hitler o de Stalin.

Coronel Von Rohaut

(*) Precisamente para la llamada caza acuática, patos, etc., ya hace años que está prohibido el uso de cartuchos de plomo ya que los perdigones caen al agua y la contaminan. Es obligatorio (¿lo cumplen todos?) el uso de perdigones de acero, pero que estropean el cañón de las escopetas.
(**) Ahora menos, claro está, ya que hasta hace poco las cañerías de agua lo eran todas y desde el tiempo de los romanos, y ahora está prohibido y son de hierro.

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