Durante y después del partido de la Final de la Champions, entre el Manchester United y el Barça, en Roma, donde se celebraba el evento, no ocurrió ningún incidente destacable. Baños multitudinarios de "culés" en la Fontana di Trevi, imitando la escena mítica de Anita Ekberg en "La dolce Vita" de Fellini, cánticos y poca cosa más.
Mientras, en Barcelona y con la excusa de la fiesta, la conocida banda de "hooligans" y de hijos de puta descerebrados y habituales, se enfrentaba a la policía, quemaba contenedores, rompía escaparates y demás mobiliario urbano, etc.
Pero el concejal Jordi Portabella, de Esquerra Republicana o sea, miembro del "tripartit" (en este caso municipal) y por lo tanto,"progre" de cojones y listo que te cagas (listo, puesto que había conseguido ir a ver el partido en directo, de gorra como siempre), se lamentaba que en Roma y de la mano de un "alcalde fascista", el "despliegue policial era desproporcionado"...
No le importaba que hubiera sido eficaz, solo que fuera desproporcionado y que el alcalde fuera de derechas.
Y he aquí el dilema: en el momento de las elecciones municipales no debería ser suficiente que pudiéramos votar o no a toda esta chusma de Izquierda, de Iniciativa, de "progres pijo/eco/sostenibles". Deberíamos poder escoger entre pegarles un tiro en los cojones y dejarlos castrados o tan solo en la rodilla y dejarlos cojos (como el "Cojo Manteca" de la transición barcelonesa, que rompía farolas con su muleta en todas las manifestaciones y que debía ser su héroe de juventud, su "Capitán Trueno" cutre y particular y con el que la Imma debía masturbarse cuando le veia con la muleta en la mano o tener fantasías húmedas nocturnas...)
Coronel Von Rohaut
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