Esta madrugada, a las 7 h. y pico ha llegado el estío a nuestro meridiano y hoy es el día más largo del año, el solsticio de verano, a pesar que los catalanes prefiramos celebrarlo con la fiesta pagana de las hogueras de San Juan, un par de días (o de noches) más tarde.
Y todo y haber empezado el verano, hoy ha hecho más fresco que en varios días de la recién fenecida primavera, lo que demuestra que la meteorología sigue siendo un arcano impredecible y engañoso.
Pero, en el fondo, todo lo anterior me importa un huevo...
Lo que me recuerda hoy, en La Vanguardia, Joan de Sagarra, es que cuando celebremos el solsticio dentro de un par de días, hará exactamente 50 años de la muerte prematura de Boris Vian, del que ya hablé en uno de mis primeros "posts" de este "blog".
De Boris Vian yo resalto especialmente su gran afición a la música de "jazz" y que fuera un fanático de "Duke Ellington and his orchestra", quizás, no, sin ninguna duda, la cima del "jazz" clásico. Lo que no fué óbice para que con sus artículos como crítico musical, de gran altura literaria, diera sus entorchados de oro a los primeros "boppers" (*) que desembarcaron en París, como Charlie Parker, Dizzy Gillespie y Miles Davis.
Queda para la historia la que posiblemente fue su novela emblemática, obra más conocida y de culto para la juventud de medio mundo de entonces, incluida la élite intelectual de la afrancesada Barcelona de los 50', como señala Sagarra:
"L'écume des jours" (La espuma de los días).
Pero a mí siempre me impactó el título de una obra anterior y que todavía hoy, cuando lo pronuncio en voz alta, se me pone la piel de gallina por parecerme la máxima expresión de desprecio que nadie pueda proferir:
"J'irai cracher sur vos tombes".
Sí, y de mucha gente iría yo a escupir sobre sus tumbas.
Y en España, salvo Sagarra y quizás algún otro setentón nostálgico como yo de la cultura, efervescente y creativa de la post-guerra, nadie le recordará. En Francia, en su país, sí. Allí veneran a sus figuras de las letras: escritores, críticos y periodistas, poetas, ensayistas, historiadores, filósofos y pensadores. E incluso a los ingenieros que, como Boris Vian, acaban siendo musicos de "jazz" y cantantes de cabaret.
Coronel Von Rohaut
(*) Intérpretes de "be bop", estilo moderno de "jazz" de la post guerra.
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