martes, junio 02, 2009

¿ Y qué ?

Voy a hablar de un par de temas que no tienen nada que ver el uno con el otro ¿Y a mí qué?

Ahora que todo el mundo discute si ZP puede ir a actos de partido en avión oficial y sin pagar, claro. Ahora que se meten con el Berlusconi (¿he dicho ya que Berlusconi, que dicen pierde el culo por las chicas jóvenes, es mi héroe?) porqué utiliza el avión del gobierno para llevar a sus invitados (e invitadas jóvenes) a las fiestas de su lujosa villa en la isla de Cerdeña.

Pues resulta que el Obama, que durante la campaña electoral ya le había prometido a su chica, la Michelle, una "cita" (o como dicen allí, "a date"), se fue con su señora esposa a New York, a cenar a un restaurante típico y luego a ver un musical de Broadway. Y lo hizo embarcándose en el "Air Force One" un gigantesco y sofisticado Boeing 747, así como en el "Marine One", el helicóptero presidencial para ir al aeropuerto. Y se tuvieron que trasladar cientos de funcionarios y guardaespaldas del "Secret Service", etc. o sea, una millonada. Y los republicanos han protestado un poco pero no demasiado pues por mas que cene con su mujer, el Obama sigue siendo presidente y requiere unos protocolos y normas de seguridad para sus desplazamientos, así como estar permanentemente comunicado con la White House Situation Room, en el sótano del Ala Oeste, donde está el centro de comunicaciones y el Consejo Nacional de Seguridad y otros asesores. Y necesita tener siempre cerca (igual que el Sarkozy y supongo que el Gordon Brown, si bien ahora es menos visible que durante la guerra fría) al ayudante militar, un oficial superior, con el maletín que se activa con los códigos secretos para disparar los missiles balísticos con cabezas nucleares que tienen dichas potencias y que solo conoce el Presidente.

¿El otro tema? Pues que he adquirido, para comérmelas, unas magníficas cerezas (no las "picotas") del Valle del Jerte (Cáceres), muy gruesas, rojas, preciosas. Pero que cómo sabrosas y dulces lo son bastante más las "burlat", un poco más oscuras, de Torrelles de Llobregat y toda la zona de Corbera, en Barcelona. Tanto las que me obsequia, recién cogidas, mi sobrino como las que compro en mi frutería de confianza. Igual que las que me comí recientemente y adquiridas a pié de carretera en la orilla del Tech, en la zona de Céret, cerca de Amélie les Bains (Els banys d'Arles), en la Catalunya del Nord y que eran muy dulces.

Coronel Von Rohaut

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