La leona vista vagando por los montes de Tarragona ha resultado ser un pobre perro, posiblemente abandonado por sus salvajes (estos sí) dueños.
El animal no había atacado absolutamente a nadie y solo se le había visto comiéndose unos pollos de un vertedero; puro instinto de supervivencia.
Pero los agentes rurales no han tenido mejor idea que pegarle unos tiros y matarle. A quienes debieran haber fusilado no es al perro sino a sus dueños, si es cierto que lo habían abandonado en el monte.
Y si esta es la forma que tienen esos agentes de preservar el medio rural, que es por lo que fueron creados, y en lugar de salvar a la pobre bestia solo se les ha ocurrido sacrificarla, que les metan en la cárcel por ineptos y salvajes.
Coronel Von Rohaut
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