Después de hacerlo tan rematadamente mal, parece que el gobierno no tendrá mucho más soporte parlamentario, para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, que el del PNV.
Pero a los vascos, los presupuestos españoles, sus luchas y sus recortes, se la sudan, no les afectan absolutamente en nada, puesto que ellos se recaudan todos sus impuestos y se los administran como les da la gana.
Luego, a esta gente a la que no les va ni les viene, debería estarles prohibido que voten unas cuentas que no les afectan en nada. Ya que disfrutan de su "concierto", que no soplen en la "sinfonía".
Pero, por otra lado y tal como algún político ya ha comentado en "petit comité", esta negociación anual de los presupuestos no pasa de ser una paparruchada para tener al personal entretenido (y engañado) ya que las únicas cuentas reales son las efectivamente ejecutadas y auditadas, no las presupuestadas. Y en esto, cada Ministerio hace lo que le "rota" de los cojones y quienes tienen la sartén por el mango son los altos funcionarios, más que los ministros, y que son todos castellanos y centralistas.
Los presupuestos jamás se cumplimentan tal como han sido aprobados y su ejecución real nunca alcanza el 100%. Pero lo más sangrante es que, si en general, los presupuestos tienen un determinado porcentaje de ejecución efectiva, los presupuestos destinados a inversiones en Catalunya siempre, repito y pueden consultarse los datos, siempre, tienen un nivel de ejecución muy inferior al general de España. O sea, cuando se discuten los presupuestos en las Cortes y para hacer ver que se admiten ciertas reclamaciones de los partidos catalanes, se aprueban algunas modificaciones o partidas complementarias e incrementos y luego no se gastan, no se invierten y aquí paz y allá gloria y los catalanes contentos y engañados. Y se supone que los diputados catalanes ya reciben algún viático, propina o aguinaldo, para que se callen y miren hacía otro lado ya que tan tontos no es posible que lo sean... O les nombran para cualquier Comisión parlamentaria, que ni pincha ni corta, pero representa una prima a sus sueldos de diputados.
¿Ah, que no me crees? ¡Santa inocencia!
Coronel Von Rohaut
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