Me cruzo por la calle Mandri, en mi barrio barcelonés de Sant Gervasi, con un vecino con el brazo derecho recién escayolado y en cabestrillo.
Me intereso por lo ocurrido y me dice que se cayó a la salida del nuevo estadio del club de fútbol Espanyol, ahora sito en la elegante "banlieue" barcelonesa de Cornellá, coto de caza del Montilla.
Le digo, y el me lo acepta y me confirma que posiblemente pueda ser cierto, que esto le ha ocurrido por ser del Espanyol por lo que Dios, en su inmensa grandeza y sabiduría, le ha castigado...
Coronel Von Rohaut
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