A pesar que mi posición frente a las corridas de toros y su imprescindible prohibición, por higiene social, está perfectamente determinada, acostumbro a leer las distintas opiniones a favor y en contra, todo y que es un dilema ya muy antiguo e incluso anticuado.
Pero hoy leo una carta al director en La Vanguardia donde un caballero, casi seguro muy honorable, al que no conozco y no me importa citar por su nombre, un tal Miguel Maristany, defiende la pervivencia de esta salvaje Fiesta y, como siempre, en base al placer estético que a él le proporciona y pasando olímpicamente del dolor físico que le causa al animal y del moral que pueda causar a personas más sensibles que él.
Pero la guinda la pone una frase con la que encabeza uno de sus párrafos, que seguramente le ha pasado por alto a él mismo y le ha salido del alma. Al lamentarse que una votación en el Parlament de Catalunya pueda poner fin a su placer, dice:
"Pero una vez más, la democracia hace estragos y se impone con dudosa legitimidad"
Vale tío, no hace falta leer más. Ya veo de qué pié cojeas. Seguro que, si eres una persona culta y te gusta la poesía, debes "flipar" con aquel poeta italiano, Gabriele d'Annunzio que, en los años 20 del pasado siglo, escribía aquello tan épico de:
"Spunta il sole e canta il gallo
o Mussolini monta a cavallo"
Hay otras poesías, mucho mejores, del mismo autor. Pero esta proclama, que algunos atribuyen a otro ideólogo del "fascismo", Curzio Malaparte, te retrata.
Coronel Von Rohaut
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