Como ya he explicado otras veces, la "Inteligencia Militar" no es el coeficiente intelectual de los militares (algún cachondo ya ha señalado que estas dos palabras "Inteligencia y Militar" serían lo que en retórica se conoce como un "oximorón" o una contradicción en sus términos), si no como se denomina a los servicios de información o espionaje en el mundo anglo-sajón.
Ante los fallos ultimamente repetidos por la información (o por la falta de la misma) en el teatro militar de Afghanistan (ahora no estoy hablando de los fallos en detectar al terrorista que estuvo a punto de hacer volar un avión en Detroit), el Major General (General de División o de dos estrellas) Michael Flynn, ayudante de Inteligencia del General (de cuatro estrellas) Stanley McChrystal, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Afghanistan, ha dicho que los miembros de la "Comunidad de Inteligencia", los espías en lenguaje coloquial, están demasiado focalizados en desentrañar "secretos" y documentos clasificados y no prestan suficiente atención a la "cultura popular" y a pulsar las opiniones y sentimientos del entorno, la gente, lo cual les permitiría adelantarse a los hechos y adivinar o entrever futuras acciones terroristas, etc.
Y añade que los agentes de información deberían actuar más como periodistas que, quizás, como militares, para tener una visión global más amplia.
He obtenido este análisis de unos escritos del periodista de temas de defensa Noah Shachtman el cual, un poco después, explica que el prestigioso periodista y analista militar del "Washington Post", David Ignatius, había publicado recientemente un informe semi-público sobre el General Saad Kheir, antiguo Jefe del General Intelligence Department o cuerpo de información de Jordania, diciendo de él que "era uno de los oficiales árabes más brillantes de su generación".
A continuación recuerda, con cierta ironía, que el terrorista que se auto-inmoló muy recientemente infiltrándose y haciéndose estallar en un cuartel de Afghanistan y, de paso, matando a 6 agentes de la CIA, era un jordano que había sido contratado como "agente doble" por los servicios de espionaje de, precisamente, Jordania, con el fin de infiltrarse en Al Qaïda.
Dando a entender que tampoco el famoso periodista había sido muy clarividente, alabando al jefe de los espías jordanos...
Coronel Von Rohaut
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