Como que ahora es precisamente la hora, pienso que a mi me gusta y mucho, para tomarme unas tapitas, sean estas de unos chipirones o bien de unos taquitos de chorizo (para unas lonchitas de jamón ibérico prefiero un "fino" o una "manzanilla" del Puerto de Santa María), un clásico y un tanto "demodé", por ser cosas de 'yayos', "vermouth" italiano tipo Martini Rosso o, preferentemente, un "Yzaguirre" de Reus.
Pero tampoco reniego de la costumbre de tomar, como iniciador y especialmente en los países donde no es habitual tomarse unas tapas, una copa del mismo vino que luego se va a beber durante la comida. Como hacíamos con unos amigos cuando íbamos a cenar a un restaurante cercano a la Misión de San Juan de Capistrano, en el Sur de California (*).
Mientras leíamos la carta, nos tomábamos unas copitas de "White Zinfandel" del Napa Valley de California del Norte, vino que les gustaba mucho y era su bebida habitual (**).
"Cheers"
Coronel Von Rohaut
(*) Aquella a la que galopaba a refugiarse, como ya he contado otras veces, Don Cesar de Echagüe "El Coyote", en las novelas de José Marroquí, cuando huía de sus enemigos.
(**) Salvo cuando les daba por empezar con unas "Strawberry Margueritas". La "margarita" es el cocktail de tequila más común en el sur de los Estados Unidos. A la tequila se le añade un chorrito de "Triple Sec" , un poco de zumo de lima, y un poco de hielo picado salvo que la desees "straight up". Se sirve preferentemente en copa ancha de "champagne", cuyos bordes, humedecidos con zumo de lima o limón, se recubren de sal. En la modalidad "Strawberry" se le añade un poco de jarabe de fresa y se adorna con un fresón californiano entero, que es la fruta más abundante en aquella rica zona bendita de Dios.
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