jueves, marzo 18, 2010

¡Hostia, qué fallo!

Escucho el testimonio directo y personal de alguien que, al poco de la "gran nevada excepcional que paralizó al país", pasó con su automóvil a Francia para visitar a unos amigos en Perpignan.

Justo traspasada la línea fronteriza en La Jonquera, observó estupefacto que aquellas tierras francesas estaban recubiertas del mismo manto de nieve que a este lado de Girona; había caído la misma "nevada excepcional" y las ráfagas de viento habían sido de la misma intensidad, había sido el mismo temporal. Pero ¡oh! cosas de la vida, sus amigos franceses le explicaron que no habían sufrido ni el más ligero apagón de electricidad, ni corte en las líneas telefónicas, ni nada de nada. Ningún problema, salvo la suspensión preventiva de las clases en las escuelas.

Luego salen los políticos nuestros y, presionados por las preguntas, acceden a reconocer que, quizás, tuvieron algún fallo de comunicación, de difusión de las informaciones...

Pues no, chatos, no falló la comunicación pues todo el mundo se enteró de lo chapuceros, inútiles, burriciegos y chuloputas que llegáis a ser. Entre la gestión de la sequía, la emergencia del fuego de Horta de Sant Joan y el temporal que os dejó fríos, no os ha fallado la comunicación si no la vergüenza que no tenéis para evitar que el país se os caiga a trozos.

Coronel Von Rohaut

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