Los teléfonos celulares o móviles, como les llamamos aquí, cada vez hacen más cosas, cada día son más complejos y algunos son casi un mini ordenador. Que yo no alcanzo a saber utilizar todas sus funciones y cada vez más deseo un teléfono que solo sirva para telefonear, con unas teclas grandes, un timbre potente y unas baterías de mayor duración. Pero esto es porqué cada día soy más viejo, más sordo, y los adelantos de la electrónica me superan.
Pero ahora el Departamento de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Seguridad Interna de los USA (el US Department of Homeland Security), está estudiando la posibilidad de acordar con los fabricante de móviles el incrustar en dichos aparatos un microchip o sensor químico, ya existente, barato y efectivo, para detectar por el olor la existencia de gases tóxicos o venenosos.
Al detectar este peligro, el móvil sonaría una alarma y al mismo tiempo mandaría un mensaje de alerta a un centro nacional del Ministerio. Puesto que casi todo el mundo tiene un teléfono celular y en caso de un ataque terrorista por gases, este se realizaría en estaciones de metro u otros lugares muy concurridos, cuando el Ministerio de Seguridad recibiera simultaneamente cientos o miles de alarmas de móviles de un punto o lugar concreto, podría analizar, en 60 segundos, la amplitud de la amenaza.
"A priori" no parece una mala idea. Y que tu teléfono esté permanentemente conectado a un centro de alarmas del gobierno tampoco debería molestarte ya que, desde el principio en que se inventaron y pusieron en circulación los teléfonos móviles, solo por tenerlo conectado y aunque no hables por él, las compañías telefónicas pueden situarte, en todo momento, exactamente en un radio de 100 metros; información que, previa autorización judicial (je, je, je...) la policía puede obtener inmediatamente. O sea, lo del control de la población por el ojo de un "Gran Hermano" hace años que ya es una realidad y cuando vayas a un hotel, de incógnito, para echarle un par de polvos a la mujer de tu jefe, al que le habrás contado que vas a visitar a un cliente de Igualada, mejor dejes el teléfono en casa o desconectado...
Si, por lo menos, puede servir para defenderte de unas amenazas terroristas que, cada vez más, serán más habituales por culpa de los "putos" moros fanáticos y demás terroristas esparcidos por el ancho mundo, pues miel sobre hojuelas.
Coronel Von Rohaut
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